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Terapia con caballos, nueva alternativa para mejorar la salud

La hipoterapia es una estrategia de rehabilitación basada en montar a caballo. Esta alternativa saludable está dirigida a personas con dificultades psicomotrices.

Terapia con caballos, nueva alternativa para mejorar la salud

La hipoterapia consiste en estimular los músculos, las articulaciones y el sistema neurosensitivo con la ayuda de los equinos. Se puede practicar a partir de los siete meses de vida, obteniendo grandes beneficios en la salud. Una de las mayores ventajas de esta técnica es que se trata de una terapia no agresiva ni invasiva, ya que no utiliza máquinas y se practica al aire libre. Permite que el paciente se haga amigo del caballo y le dé la confianza para superar sus molestias o problemas. La terapia tiene en cuenta los movimientos del caballo y la relación del paciente con el animal para dar soluciones a problemas físicos, emocionales, comunicativos, de personalidad y de aprendizaje

El paseo a caballo estimula la parte sensorial del paciente a través del movimiento variable, rítmico y repetitivo. La cadencia constante del caballo al andar, la posibilidad de variar los compases, aumentando o disminuyendo los ritmos del movimiento, así como la variación de paso, trote y galope, permiten una gran variedad de posibilidades de estimulación. Un caballo al paso transmite al jinete 110 impulsos por minuto

La hipoterapia es recomendable para personas con problemas motores y psíquicos, para personas que hayan sufrido o estén sufriendo enfermedades como parálisis cerebral, esclerosis múltiple, autismo, síndrome de Down, espina bífida, traumas cerebrales, distrofia muscular, conductas de carácter, enfermedades neurodegenerativas, traumatológicas, anorexia y bulimia. Una sesión de hipoterapia requiere de fisioterapeutas capacitados en esta especialidad y caballos mansos. Si se cumplen ambas condiciones se puede llevar a cabo la terapia que consta de seis pasos, siempre acompañado por uno o dos profesionales

El primer paso es la evaluación: en ella los terapeutas ven si el paciente puede realizar la terapia y qué rutina debe seguir. Si aprueba, se realiza un precalentamiento; 15 minutos antes de entrar en contacto con el caballo, el paciente debe asistir al gimnasio para mover los músculos y las articulaciones. Después sigue el contacto: en esta fase el paciente entra en contacto físico con el caballo para entablar una relación de confianza. Al cumplir estos pasos, la persona ya puede sentarse; el fisioterapeuta ayuda a subir y sentar a la persona en la parte más alta de la columna del caballo

Mientras el caballo marcha sin trotar ni galopar, comienza la etapa de los ejercicios, en la que el paciente adopta distintas posturas encima del animal como sentarse de frente, de espaldas y recostarse sobre el lomo del caballo

El último paso es la relajación. El paciente regresa al gimnasio para efectuar ejercicios de elongación y estiramiento. La evaluación sólo se realiza una vez. En las primeras sesiones el tiempo para estar con el caballo es de 15 a 25 minutos, y a medida que se progresa, la terapia puede durar una hora

Esta es una práctica que se viene implementando con fuerza en los últimos años y que genera confianza en los pacientes y su conocimiento del cuerpo. Además, forja una relación muy cercana entre los animales y quienes los utilizan para mejorar la salud. Por: María Camila Idrobo/@MaryIdrobo Politécnico Grancolombiano/Sala Contacto

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