Cable de Wikileaks revela tensas relaciones entre gobierno Uribe y la ONU

En un cable fechado el 2 de noviembre de 2004 el embajador norteamericano en Bogotá, William Brownfield, da detalles sobre una reunión que sostuvo con el delegado de Naciones Unidas para Colombia, James LeMoyne

En el documento el representante diplomático asegura que LeMoyne le ha dicho que las relaciones del gobierno de Álvaro Uribe con Naciones Unidas “no eran buenas”. Según el delegado de la organización, Uribe no estaba contento con la presencia de Naciones Unidas por lo que el Secretario General había propuesto una reunión de alto nivel con el gobierno colombiano para limar asperezas. Según el cable, la embajadora Carolina Barco llevaría una delegación colombiana a una primera reunión en Nueva York

La visión que tenía LeMoyne sobre las relaciones gobierno – ONU es que para el gobierno “todo lo que le dijeran a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH) en espíritu de cooperación era usado en su contra”

LeMoyne califica esta oficina de Naciones Unidas en Colombia como “incompetente” y también expresa tener “sus reservas” con respecto al representante Michael Fruhling

En la reunión, el representante de la ONU también descalifica la ley de Justicia y Paz. “La desmovilización empezó sin el marco jurídico necesario para tratar a los líderes y a aquellos que hayan cometido violaciones graves de los derechos humanos o con el narcotráfico” dice

LeMoyne, le confía al embajador Brownfield que las Farc tiene un equipo de “entrevistadores” que estaban concertando citas en Bogotá con importantes personajes de los negocios, el periodismo y la política colombiana. Precisa que muchos habían aceptado las reuniones, sorprendido de cómo las Farc se pueden mover tan fácil por la capital del país

LeMoyne le confirma a la delegación norteamericana que “Manuel Marulanda Vélez tiene cáncer y está muriendo” por lo que se estaba realizando un esfuerzo para elevar el perfil de Alfonso Cano

Finalmente el representante dice dudar que algo constructivo surja de los líderes de las Farc “hasta que el presidente Uribe sea reelegido”. Precisa que “las Farc odian a Uribe y no harán nada para ayudarlo políticamente porque igual están convencidos que se debilitará después de la reelección”

LeMoyne especula sobre la relación entre las Farc, la iglesia y ex presidentes como Ernesto Samper y Andrés Pastrana. Asegura que el grupo terrorista los puede usar como canales para llegar a la vida política