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Negociador chino admite que se hacen apagones forzosos para ahorrar energía

El jefe negociador de China para las conversaciones sobre cambio climático, Xie Zhenhua, admitió que el gigante asiático se ve obligado a tomar duras medidas para incrementar su eficiencia energética y llegar a sus compromisos, por ejemplo ordenando apagones forzosos en algunas ciudades del país.

El jefe negociador de China para las conversaciones sobre cambio climático, Xie Zhenhua, admitió que el gigante asiático se ve obligado a tomar duras medidas para incrementar su eficiencia energética y llegar a sus compromisos, por ejemplo ordenando apagones forzosos en algunas ciudades del país

Este hecho "muestra lo duras que son las medidas para las autoridades locales", destacó en rueda de prensa Xie, citado hoy por la agencia oficial Xinhua

Estos apagones, de los que ya informó recientemente el diario británico "The Guardian", se ordenan para cumplir el objetivo chino de reducir la intensidad energética un 5 por ciento anual con el fin de lograr una reducción total del 20 por ciento en el Plan Quinquenal 2006-2010, que finaliza próximamente

Las autoridades chinas ya destacaron en años anteriores que cumplir esa meta estaba siendo muy complicado a nivel local, por lo que se están tomando medidas más drásticas que, sin tener en realidad efectos a largo plazo, al menos consigan cuadrar las cifras

Xie, quien también es vicepresidente de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo (máximo organismo chino de planificación económica y responsable, por tanto, del cumplimiento de los planes quinquenales), reconoció la dureza de la medida y admitió que los apagones arbitrarios "deben evitarse"

El negociador chino, anfitrión esta semana de la última ronda de negociaciones internacionales previa a Cancún, subrayó por otra parte que las delegaciones confían en que la cita en el Caribe mexicano se salde con acuerdos concretos, aunque sea probable un gran pacto vinculante

Xie señaló, en la línea de la opinión de Naciones Unidas, que es posible que se logren ya acuerdos en materias como la financiación a largo plazo (de países desarrollados a naciones en desarrollo), la transferencia de tecnología en la misma dirección y la protección forestal

También celebró el hecho de que 28.000 de los 30.000 millones de dólares de financiación a corto plazo para que las naciones en desarrollo pongan en práctica sistemas de mitigación y prevención del cambio climático estén ya concretados, aunque advirtió de que muchos de esos millones no son en realidad fondos nuevos, sino "promesas antiguas" que ya se pagaron

Este punto ha sido muy criticado por ONG y por bloques como el ALBA (Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia y Cuba), que incluso han calificado estos fondos de "un engaño"

Xie confía en que, además, las naciones desarrolladas "cumplan su compromiso de recolectar 100.000 millones de dólares tras 2020" para los programas de mitigación a largo plazo

Por otro lado, el delegado chino criticó los "duros estándares" que las naciones desarrolladas quieren imponer a los países en desarrollo a la hora de poner en práctica planes de reducción de emisiones (por ejemplo, la petición de EEUU a China para que aporte información completa de sus emisiones)

Estas imposiciones, señaló el negociador, "van contra el principio de igualdad y el de responsabilidades comunes pero diferenciadas entre naciones desarrolladas y en desarrollo", señaló Xie

Este principio, blandido siempre por China en las negociaciones, defiende que naciones en desarrollo, incluidas potencias emergentes como ella, India o Brasil, no deben verse obligadas a reducir emisiones en un número determinado, sino que han de hacerlo voluntariamente y de acuerdo con sus condiciones económicas

Ello se basa en el hecho de que son las naciones en desarrollo, según Pekín, las principales responsables del calentamiento global -pese a que China sea actualmente el mayor emisor de CO2-, por lo que sus obligaciones en la lucha contra el cambio climático han de ser mayores

China prometió el pasado año, poco antes de la Cumbre de Copenhague, reducir en 2020 entre un 40 y un 45 por ciento sus emisiones de dióxido de carbono por unidad de PIB, un anuncio que fue bien recibido por la comunidad internacional aunque no garantiza directamente un descenso de las emisiones chinas en valores absolutos, sino sólo relativos (mayor eficiencia energética)

Tres mil delegados se reúnen esta semana en Tianjin (puerto a 150 kilómetros de Pekín) para ultimar preparativos de cara a la Cumbre de Cancún, que se celebrará en noviembre y diciembre.