Misterios y creencias

La británica Jade Goody aquejada de cáncer se casó y espera su deceso

Goody se casará con Jack Tweed, un joven de 21 años, condenado a dieciocho meses de cárcel por agredir a un adolescente con un palo de golf.

La británica Jade Goody aquejada de cáncer se casó y espera su deceso

Jade Goody, británica de 27 años que saltó de la miseria a la fama gracias a un concurso de telebasura y a la que los médicos sólo dan semanas de vida por el cáncer que padece, contrajo matrimonio en un ambiente de morbosa curiosidad. Goody se casó con Jack Tweed, un joven de 21 años, condenado a dieciocho meses de cárcel por agredir a un adolescente con un palo de golf. Tween debe regresar todos los días a dormir a casa de su madre a las siete de la tarde, pero por intervención expresa del ministro de Justicia, Jack Straw, el juez ha hecho una excepción y permitirá que pase con Goody su noche de bodas. Goody,  prometió renunciar a su silla de ruedas y caminar erguida hasta donde se reunió con su novio en la mansión privada de Hatfield Heath, Essex, donde se celebrará la boda, llevará un vestido valorado en cerca de 4.000 euros que le ha regalado el dueño de los almacenes Harrod''s, de Londres, Mohamed al Fayed. Según el diario "The Sun", Goody, madre de dos niños de cuatro y cinco años de una anterior relación, ha decidido ir con la cabeza descubierta para mostrar al mundo su cráneo calvo por las sesiones de quimioterapia a que ha sido sometida para tratar su cáncer de útero. Se espera que a la ceremonia asistan algunos personajes del mundo del famoseo, atraídos o conmovidos por el drama personal de la joven. Desde el primer ministro, Gordon Brown, hasta el cardenal Cormac Murphy-O''Connor, primado católico de Inglaterra y Gales, han expresado su simpatía por la enferma. "Creo que necesita nuestras oraciones. Es una mujer valiente que ha decidido enfrentarse a un cáncer que parece terminal. Mucha gente opina que sería mejor que lo hiciese todo en privado, pero creo que ha decidido dar una lección", ha dicho el cardenal a la cadena de TV Sky. "Quiere casarse por la iglesia y bautizar a sus hijos en la fe cristiana", agregó el primado. Aconsejada por Max Clifford, acaso el más poderoso agente de relaciones públicas de este país, Goody ha vendido los derechos de exclusiva de su boda por el equivalente de más de un millón de euros a la revista del corazón "OK!" y a la emisora Living TV, que ha seguido su agonía. La película de la boda la producirá Kate Jackson, que es una de sus damas de honor. Goody justifica esa comercialización del enlace por la necesidad de dar una educación, que ella misma no tuvo, a sus dos hijos cuando se queden huérfanos. Hija de un padre adicto a la heroína y dedicado al proxenetismo, Goody tuvo una infancia difícil y cuando en 2002, con 21 años participó en el programa Gran Hermano había sido expulsada de una vivienda de protección social y estaba amenazada de cárcel por no pagar el alquiler. Pronto, su desparpajo hortera, unido a su ignorancia, la hicieron muy popular hasta el punto de convertirse en la estrella de un documental sobre su vida. Luego participó en otros programas de telerrealidad, escribió dos autobiografías más bien anodinas, pero que tuvieron un gran éxito, lanzó una línea de perfumes y en 2007 volvió ya como famosa a otro Gran Hermano, en el que se dedicó a proferir insultos racistas contra otra concursante, la actriz india Shilpa Shetty. Tras el escándalo originado por aquellos insultos, Goody apareció compungida y fue invitada a la versión india de Gran Hermano, Big Boss. Cuando llevaba recluida dos días en aquella casa, se le diagnosticó el cáncer, noticia que captaron las cámaras también en directo.

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