Un libro explica el VIH y el sida a los niños

LONDRES.--- Tal vez no llegue a los primeros lugares de la popularidad ni se convierta en un ´bestseller´, como Harry Potter, pero la escritora Fran Balkwill espera que su último libro tenga un profundo impacto en la población infantil y ayude a salvar muchas vidas.
Aunque los niños del mundo occidental parecen estar hipnotizados con el pequeño mago, Balkwill ha escrito un libro dirigido a los chicos del Africa subsahariana para que aprendan a lidiar con una triste realidad en su entorno: el VIH y el sida. Los personajes principales del libro son células y el letal virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Según Balkwill, este el es primero y único libro escrito para niños de entre ocho y 12 años sobre el virus que causa el sida. "El objetivo del libro es enseñar a los niños la ciencia detrás del virus porque, si la comprenden, podrán hacer buenas decisiones sobre cómo llevar sus vidas y balancear el riesgo de contraer el VIH y el sida", dijo la autora británica, especialista en investigación del cáncer, desde su oficina en Londres.
El libro "explica lo que hace el virus, cómo mata a la gente, cómo evitarlo y cómo lidiar con él si uno se infecta", añadió.
Con ilustraciones de colores brillantes y un lenguaje simple, la autora del libro de 32 páginas espera que sus lectores le hagan honor al título ´Staying Alive, Fighting HIV/AIDS´ (Hay que vivir y luchar contra el VIH y el sida).
Sin necesidad de medicamentos caros o vacunas, la prevención se considera la mejor arma contra una enfermedad que, según expertos, es la peor epidemia que la humanidad ha tenido que enfrentar.
Miles de copias del libro fueron repartidas entre niños de Sudáfrica, país que tiene el mayor número de personas con VIH y sida en el mundo, y donde han aumentado los casos de abuso sexual y violaciones infantiles, porque muchos adultos creen que el sida se cura mediante relaciones sexuales con vírgenes.
EXPLICACIONES CLARAS Y DIRECTAS
Debido a los escasos años de sus lectores, Balkwill usa un lenguaje claro y directo para explicar cómo se propaga el virus de transmisión sexual y cómo prevenirlo. Para esto, se vale del alfabeto. Por ejemplo, la A es para la abstinencia, es decir, la ausencia de relaciones sexuales. La B es para la fidelidad y para los análisis de detección del VIH, mientras que la C es para los condones y los cuidados o precauciones.
"Pueden decir que no", aconseja Balkwill a sus jóvenes lectores.
Es difícil comunicar a los niños un asunto de adultos como este, pero la autora halló un balance adecuado y se apoya en el arte y en situaciones cómicas, algunas sugeridas por los mismos niños, para explicar lo que son bacterias, virus y otros gérmenes, así como la forma en que infectan a las células.
El VIH se representa como un personaje de ojos rojos y saltones, largos colmillos y un rostro verdoso y resplandeciente. La batalla entre el virus y las células del sistema inmunitario, CD4, ocurre mediante puñetazos con sonidos de fondo como "coink, ponk, boing".
"Creo que es muy importante que nos dirijamos a los niños, porque en cualquier momento, después de los 10 años, pueden iniciarse en el sexo y es casi seguro de que a los 12 años ya estén sexualmente activos", dijo Balkwill.
"Con los niños muy pequeños se puede modificar el comportamiento", agregó.
Balkwill, que ha escrito una docena de otros libros infantiles sobre ciencia y posee un centro de investigación para el cáncer en Londres, explica en su nueva obra cómo funciona el virus y también destruye mitos relacionados con el sida, como que se puede contraer tras ingerir agua y alimentos contaminados, o por tocar o abrazar a alguien que porte el VIH.
"Sólo se puede contraer el virus a través de los fluidos del cuerpo, especialmente la sangre, el semen o las secreciones vaginales de la persona infectada", indicó.
OPINIONES DE NIñOS
Antes de comenzar el proyecto, propuesto por primera vez el año pasado por el profesor sudafricano Saimon Gordon, de la Universidad de Oxford, en Inglaterra, Balkwill y el ilustrador, Mic Rolph, viajaron a las provincias de KwaZulu Natal y Guatang, en Sudáfrica, para conocer la opinión de los maestros, los profesionales de la salud y los niños acerca de qué era lo que les gustaría incluir en el libro.
Sin importar el sitio o con quienes hablaron, la mayor parte de las respuestas resultaron las mismas y, al final del viaje, ya sabían lo que debían hacer.
"Eso fue lo que realmente conformó el libro, que los niños nos dijeran" lo que había que poner, dijo la escritora.
Al igual que Balkwill, Rolph se quedó sorprendido con el entusiasmo, el candor y la sinceridad de los niños que entrevistaron. Ambos comprendieron la importancia de hacer llegar el mensaje.
"Tenemos que decirles cómo son las cosas cuando son pequeños", dijo Rolph.
Balkwill y Rolph prometieron volver a reunirse con niños en las escuelas, los orfanatos y los campos de ilegales, ya que éstos han proporcionado mucha información.
La producción del libro se llevó a cabo en Nueva York, después se imprimió en Hong Kong y se envió a Ciudad del Cabo, adonde los autores regresaron para un almuerzo oficial y para repartir 20.000 copias gratuitas entre los niños que les ayudaron.
Asimismo, establecieron una red de maestros, monjas, clubes deportivos y curanderos tradicionales africanos para distribuir más libros.
"Estamos discutiendo el asunto. En algunos casos, vamos a hogares donde no hay libros ni electricidad", dijo Balkwill.
Balkwill ha solicitado fondos adicionales para otras 100.000 copias. Si el libro resulta un éxito, podría ser traducido al zulu, afrikaans y al xosa. Asimismo, podrían publicarse ediciones en otros idiomas.
"Hay interés en Brasil, Rusia, Europa del este, Asia y Tailandia. Podríamos hacerlo para todos, la base está aquí", señaló Balkwill.
Sin embargo, Balkwill tiene planes de mantener el libro en formato simple, sin el uso de alta tecnología, y tampoco planea publicar millones de copias. En su lugar, irá paso por paso y evaluará el impacto del libro a través de cuestionarios y de retroalimentación de sus pequeños lectores para enmendar lo que sea necesario y hacerlo más atractivo y explícito.
Balkwill también está considerando un libro dirigido a los jóvenes y a sus maestros.
"Quisiéramos que este libro marque una diferencia, pero tendría que ser parte de un esfuerzo conjunto y adaptarse al momento", añadió.
En su viaje de regreso, la escritora se detuvo en un pueblo y vio a niños leyendo el libro en el exterior de una librería.
"Fue algo mágico", señaló.