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La aspirina puede disminuir riesgos tras cirugía de ´bypass´

Los pacientes que toman aspirina en los dos días siguientes a una cirugía de derivación coronaria, o ´bypass´, pueden disminuir notablemente los riesgos para su salud, un hallazgo que podría salvar 25.000 vidas en el mundo cada año, según expertos.

BOSTON.--- Los pacientes que toman aspirina en los dos días siguientes a una cirugía de derivación coronaria, o ´bypass´, pueden disminuir notablemente los riesgos para su salud, un hallazgo que podría salvar 25.000 vidas en el mundo cada año, según expertos.
Esta conclusión desafía al conocimiento tradicional, el cual recomienda que se evite que los pacientes que se someterán a una operación angioplástica de derivación coronaria tomen aspirina, debido a temores de que dicho analgésico puede conducir a una hemorragia peligrosa.
Esta idea no sólo es errónea sino que probablemente juega un papel importante en las casi 9.000 muertes que se producen anualmente en Estados Unidos, según un estudio publicado en la edición de esta semana del New England Journal of Medicine.
Los autores del estudio hallaron que administrar aspirina a los pacientes sometidos a la operación de bypass, en un lapso de 48 horas tras la cirugía, redujo el índice de mortalidad en un 68 por ciento durante el período de investigación.
Las probabilidades de embolia cerebral disminuyeron en un 62 por ciento, la posibilidad de presentar problemas renales disminuyó en un 60 por ciento, y el riesgo de infarto del miocardio se redujo casi a la mitad.
La aspirina mitiga el daño al corazón, al cerebro, los riñones y los intestinos, dijo el equipo de investigadores, dirigido por Dennis Mangano, de la Fundación para la Educación y las Investigaciones de Isquemias, en San Francisco.
"Contrario a lo que se cree en la actualidad, el tratamiento con aspirina fue seguro y no se asoció con un mayor riesgo de hemorragia, gastritis, infección o alteración de la cicatrización de heridas", explicaron los investigadores.
Pero los editores de la revista científica indicaron que se necesita una prueba clínica formal antes de que el tratamiento con aspirina se convierta en una rutina.
Por su parte, Robert Bonow, presidente de la American Heart Association, dijo que aún hay razones para ser cautelosos.
Sin embargo, Mangano comentó que en lugar de esperar cinco años para finalizar una prueba clínica, los médicos deben aplicar inmediatamente estos hallazgos, ya que se trata de una medida que salvaría 25.000 vidas al año en el mundo y prevendría 50.000 complicaciones a muy bajo costo.
IMPACTANTE
La fundación para la que trabaja Mangano es una organización independiente y no lucrativa que realiza pruebas clínicas para el gobierno y compañías farmacéuticas.
La fundación utilizó ingresos derivados de las pruebas para financiar el estudio de aspirina porque ninguna compañía farmacéutica pagaría la investigación de un fármaco genérico y barato como la aspirina, añadió.
Eric Topol, de la Fundación Clínica de Cleveland, se calificó los hallazgos como "rotundamente impactantes" y agregó que hasta que no se muestre que es peligroso, el uso de la aspirina después de una cirugía de bypass debe convertirse en una práctica habitual.
"Al parecer, los beneficios son importantes e imponentes", escribió Topol en un editorial en la revista.
Se sabe que el uso regular de aspirina, incluso en pequeñas dosis diarias, disminuye el riesgo de infarto del miocardio en un 34 por ciento y de embolias cerebrales en un 25 por ciento.
Topol expresó que los nuevos resultados sustentan la recomendación que el Colegio Americano de Médicos de Tórax hizo el año pasado acerca de administrar una dosis diaria de 325 miligramos de aspirina a las seis horas después de la operación.
El mejor momento para la aspirina puede ser incluso tan pronto como una hora después de la cirugía, explicó Topol.
Mangano dijo que los pacientes que ya están tomando aspirina regularmente deben continuar tomándola antes e inmediatamente después de la cirugía, y a los que no la toman se les debe administrar poco después de la operación.
Sin embargo, Bonow no estuvo de acuerdo con esto y manifestó que todavía no está claro si los pacientes deben tomar aspirina al llegar a la mesa de operaciones y durante la operación.
Estudios previos demostraron que las personas con concentraciones de aspirina en su organismo tienden a más complicaciones inmediatamente después de la cirugía, posiblemente debido a que la aspirina interfiere con la actividad de plaquetas, que forman coágulos y que el paciente puede necesitar para volver a unir los fragmentos de tejido que separó el cirujano.

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