Caso argentino revive debate sobre tipo de cambio fijo
El esperado abandono de Argentina de su sistema de convertibilidad de un peso por un dólar ha resucitado las dudas sobre si los regímenes de un tipo de cambio fijo ayudan o dañan a los países con mercados emergentes plagados de inestabilidad financiera.
NUEVA YORK.---- El esperado abandono de Argentina de su sistema de convertibilidad de un peso por un dólar ha resucitado las dudas sobre si los regímenes de un tipo de cambio fijo ayudan o dañan a los países con mercados emergentes plagados de inestabilidad financiera.El gobierno interino de Argentina dio la primera señal esta semana de que se prepara a eliminar la convertibilidad, en vigencia desde hace 10 años. El país introdujo una tercera moneda para pagar los salarios estatales y a la que se le permitiría depreciarse y que posteriormente sustituirá al peso.Los tipos de cambio fijos han formado parte de virtualmente todas las grandes crisis financieras de los mercados emergentes en la última década.Limitan la flexibilidad en momentos en que los flujos mundiales de capital son cada vez más volátiles y requieren un compromiso político de hierro en cuanto a disciplina fiscal y reformas de mercado.Argentina se unirá a una larga lista de países con mercados emergentes que han tenido que abandonar los tipos de cambio fijos en medio de crisis, incluido a México en 1994, Tailandia, Indonesia y Corea en 1997, Rusia en 1998, Brasil en 1999 y Turquía en el año pasado.Argentina introdujo en 1991 una forma particularmente rígida de tipos de cambio fijos, una caja de conversión, para intentar acabar con una hiperinflación que llevó los precios de los consumidores a crecer 5.000 por ciento anualmente en 1989.En una caja de conversión, el banco central garantiza que el suministro de dinero está respaldado totalmente por reservas internacionales y el gobierno promete convertir toda la moneda local en dólares, si es necesario.El esquema fue exitoso en Argentina durante varios años para poner la inflación bajo control y estabilizar la economía.Sin embargo, la vinculación cambiaria elimina la flexibilidad para ajustar el tipo de cambio y las tasas de interés.Debido a que el gobierno no puede imprimir dinero para cubrir gastos más allá de sus medios, la vinculación requiere un compromiso extraordinario con la disciplina fiscal, algo de lo que simplemente careció el gobierno anterior de Argentina, dijeron expertos académicos de Estados Unidos. LOS DEFICIT FUERON EL PROBLEMA PRINCIPALCarol Wise, profesora asociada de la Escuela de Estudios Avanzados Internacionales de Johns Hopkins, dijo que la vinculación monetaria fue algo equivocado para Argentina.El inflexible mercado laboral de Argentina, con sindicatos que se resistieron a la aplicación de reformas, obstaculizó los aumentos de productividad y la eficiencia necesaria para permanecer competitivos, especialmente sin la opción de ajustar el tipo de cambio."Bajo una caja de conversión, la regla número uno es que se tiene que seguir una política fiscal muy rígida", dijo Wise."No pudieron seguir una política fiscal rígida debido a que el mercado laboral no estaba reformado. El costo de hacer negocios en Argentina es 40 por ciento mayor que en países del bloque industrial", agregó.David Beim, profesor de finanzas de la Universidad Columbia, dijo que los déficit, no la caja de conversión, son el centro del problema."Si se va a tener una caja de conversión, se deben controlar los déficit", dijo Beim. "La lección de Argentina es, a menos que estés muy seguro de poder controlar los déficit en el futuro y de que tus calificaciones crediticias son impecables, se debe dejar espacio para salir del régimen". MALAS POLITICAS GUBERNAMENTALESSteve Hanke, profesor de la Universidad Johns Hopkins de Economía Aplicada y un férreo defensor de las cajas de conversiónque ha asesorado a varios gobiernos de los mercados emergentes, opinó que la raíz de los problemas de Argentina no fue el tipo de cambio fijo, sino una "serie de políticas económicas casi catastróficas"."Cualquier país que tiene un gobierno incompetente cae en problemas", dijo Hanke, quien señaló que el gobierno anterior de Argentina incurrió en una serie de aumentos de impuestos en los últimos dos años, mientras la economía estaba deprimida.La experiencia de Argentina no ha alterado el punto de vista de Hanke de que una caja de conversión, que establece un régimen de tipo de cambio fijo, es deseable para un país en desarrollo que padece inestabilidad financiera.Existen dos tipos de vinculación, una dura y una suave. Esta última permite a una moneda fluctuar dentro de una banda.Algunos expertos creen que una vinculación dura proporciona una mayor inmunidad frente a ataques especulativos, como los que provocaron la crisis financiera en Asia en 1997-1998.Hanke citó a Hong Kong, Estonia, Lituania y Bulgaria como ejemplos de países donde las cajas de conversión estabilizaron con éxito sus economías. China y Malasia también tienen tipos de cambio fijos. POCO ESPACIO DE MANIOBRALos críticos de los tipos de cambio fijos dicen que la incapacidad para devaluar una moneda elimina un arma para protegerse de un revés económico.Bajo un tipo de cambio flotante, una moneda puede perder valor en los tiempos difíciles, con lo que se abaratan las exportaciones y se estimula la economía. Pero si la moneda de un país es fija, los tipos de cambio pueden dejar de concordar con los de sus socios comerciales.Ese fue el caso de Argentina. Un dólar fuerte colocó al país en desventaja competitiva frente a sus grandes socios comerciales de la región, como Brasil, que devaluó su moneda en 1999.Otro problema con el sistema de Argentina fue que no evitó endeudarse fuertemente en el exterior, obligaciones que el país ahora no puede pagar.En la década de 1990, los flujos de capital se hicieron más volátiles, con dinero que se mueve rápidamente en los cada vez más globalizados mercados financieros.Los flujos netos de capital privado hacia Argentina cambiaron de un superávit anual promedio de 14.700 millones de dólares en 1997-99 a un estimado déficit de 13.300 millones de dólares en el 2001, según el banco de inversión estadounidense JPMorgan.En Argentina, el reto fue de una hiperinflación a una deflación. Pero Wise dijo que los argentinos no tuvieron la flexibilidad o la voluntad política para enfrentar el cambio fundamental."Una caja de conversión no existe en el vacío -forma parte de la economía política", comentó."La lección aquí es, la caja de conversión requería más cohesión y una coalición política más estrecha de lo que ellos pensaron. No hubo una coalición política para apoyar la caja de conversión. No tienen a quien culpar, sino a ellos mismos. Las políticas son patéticas", comentó.



