El ajedrez geopolítico de Alex Saab
Rusia, Estados Unidos, México y Venezuela son algunas fichas detrás de la decisión de Maduro de incluir al empresario en la mesa de negociación.
Hay una clara estrategia para evitar su extradición y que llegue a la justicia de Estado Unidos a contar todo lo que sabe sobre los negocios de Nicolás Maduro y su círculo más cercano.
La decisión de tratar de incluirlo en la delegación de la mesa de negociación de México es tan sorprendente como desesperada. Sorprendente, porque Saab no es venezolano -es colombiano-, no es dirigente político -es un empresario poderoso y de bajo perfil- y no tiene nada que hacer en una negociación sobre el futuro de la democracia venezolana. Y es desesperada, porque sólo refleja el valor de la información que tiene sobre Maduro y su guardia pretoriana. Todas estas decisiones lo valoran como testigo ante la justicia de los Estados Unidos.
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Cabe recordar que antes de que la Corte Suprema de Justicia de Cabo Verde decidiera extraditarlo, el gobierno bolivariano hizo hasta lo imposible por dilatar la decisión a través de su abogado, el reconocido abogado Baltazar Garzón. Hasta intentaron nombrarlo embajador de Venezuela ante la Unión Africana.
¿Qué tiene que ver Rusia con todo este cuento de Saab y su intento de incluirlo en la mesa de negociación de México?
Rusia, hay que recordar, es un gran aliado de Maduro y es un país acompañante de la mesa de negociación. El propio Putin ha dicho que la entrega de Saab a la justicia de Estados Unidos puede poner en peligro la mesa de negociación entre el gobierno y la oposición venezolana. El propio Kremlin sacó un comunicado diciendo que Washington quiere presionar al gobierno de Maduro en la mesa. La pregunta, más bien, es si no quieren tapar lo que sabe Saab sobre los negocios de Venezuela con Rusia.
¿Es posible que Estados Unidos libere a Saab en favor de la negociación de México?
Es muy poco probable pero sin duda Saab se va a convertir en un comodín tanto judicial como político. La información que tiene es demasiado valiosa. Para la justicia, porque puede enredar a mucha gente clave del gobierno bolivariano, incluido Maduro. Y para la política, porque con esa información también se pueden mover muchas fichas que faciliten una negociación hacia la democratización de Venezuela.