El primer país en aplicar el impuesto a bebidas azucaradas fue Dinamarca, lo introdujo un gobierno de centro derecha y también aplicaba a carnes, lácteos y grasas. El efecto sobre la salud era incierto y sostener el impuesto fue imposible. <strong>La evidencia internacional ha demostrado que el impuesto a las bebidas azucaradas ha sido un fracaso</strong>. Escuche el análisis completo de Juan Carlos Echeverry en el audio.<strong>Le puede interesar:</strong>