Los chats de Danna Liseth, menor de edad muerta en bombardeo en Guaviare
Danna Liseth Montilla Marmolejo, de 16 años murió en el bombardeo del 2 de marzo en el municipio de Calamar, en el Guaviare
Los chats de Danna Liseth, menor de edad muerta en bombardeo en Guaviare
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Caracol Radio conoció fragmentos de la historia escolar de Danna Liseth Montilla Marmolejo, la niña de 16 años que murió en el bombardeo del 2 de marzo en el municipio de Calamar, en el Guaviare, contra las disidencias de Gentil Duarte. Su cadáver lo recibieron sus padres el miércoles 10 en Villavicencio, no tenía una pierna, ni una mano. Medicina Legal ha confirmado que el 4 de marzo recibió 10 cadáveres y que realizan las labores de identificación de los cuerpos.
Entre el 15 y el 18 de mayo del 2020, Danna Montilla, que estaba en décimo grado, se comunicó por WhatsApp con uno de sus profesores, y le pidió ayuda para matricularse en el colegio de San José del Guaviare. Para ese momento, ya tenía que estudiar desde su casa, por la cuarentena
El profesor le contestó que sí, le pidió unos datos básicos, y luego le dijo: “Ok, yo veré el juicio. Los profes empezarán a enviarte actividades por WhatsApp”. Ella contestó: “Sí señor”. Y logró, con las dificultades de una región en la que el Estado es casi inexistente, estudiar a través de WhatsApp. Esa misma semana, cuando el profesor le dice que la van a matricular, ella le contesta “Profe, pero el problema es que yo no puedo regresar a clases cuando se acabe la cuarentena”. La razón era personal, y no estamos autorizados a contarla, pero sí sabemos que después de explicar por qué no podía volver, dice: “Me queda ya difícil, pero yo quiero estudiar a distancia”.
El profesor le dice que trate de terminar, así sea a distancia, y que esa, además, es una forma de demostrarle a la Secretaría de Educación que así es posible estudiar. Danna le contesta: “Sí profe, ayúdeme, me interesa terminar, a mí me toca entregar trabajos mañana, y los voy a entregar”. El último mensaje de Danna dice: “Gracias, Dios le pague”
Sabemos también que la semana del 20 de noviembre, Danna fue reportada como retirada del colegio, es decir, en algún momento de esos días, no volvió. El profesor activó entonces la ruta por reclutamiento, para notificar que eso pudo pasarle. El trámite, usualmente, involucra al Alcalde Municipal, su Secretario de gobierno, el personero y defensor del pueblo y algún representante del ICBF. El tiempo de reacción después de la notificación tarda mucho más de lo que debería. Hay casos que no obtienen respuesta 2 años después de puesta la alerta.
Danna, como muchos jóvenes en estas zonas olvidadas del país, tienen pocas oportunidades. Para una adolescente, mujer, hay tres, según nos cuenta alguien que conoce muy bien la zona: buscar trabajo en una finca, irse a un grupo armado o buscar marido. Los muchachos son presionados por los actores armados, algunos por dinero, otros por amenazas, y se van al monte. Luego añade: “es que en el Guaviare no hay una sola universidad presencial, por ejemplo. Solo existe el SENA, que hace lo que puede”.
El colegio, y sus profesores, perdieron todo contacto con ella a finales de noviembre. Y luego vieron en las noticias que había caído, 3 meses después, en un bombardeo.
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