Terminaron los <strong>30 mil relatos</strong>, las 15 mil entrevistas en Colombia y el extranjero, las andanzas por los territorios en donde hubo masacres, <strong>asesinatos, desapariciones forzadas</strong>, en fosas comunes, en campos santos, en zonas de guerra y otros lugares que hoy quedaron en una memoria llamada “Informe final de la <strong>Comisión de la verdad</strong>. Ahora lo que hará la Comisión en Antioquia es <strong>difundir estos testimonios</strong> que componen las versiones sobre el conflicto armado con las extintas FARC. Para <strong>Max Yuri Gil</strong>, el coordinador regional de la Comisión de la Comisión de la Verdad en Antioquia y el Eje Cafetero, “el informe ha posibilitado que nos veamos como sociedad, parados en este <strong>presente de transición</strong>, para construir un futuro de paz y en el cual podamos <strong>vivir mejor</strong>. Lo que queda de ahora en adelante es <strong>pedagogía, sensibilización</strong> y mucho trabajo de divulgación en el conocimiento del informe y el uso que le podamos dar”.El informe <strong>no es fin sino principio</strong>. Los relatos, las versiones, los hechos son insumos para que organizaciones sociales y la academia tomen aquellas partes que no pudieron ser <strong>abordadas a profundidad</strong> y continúen construyendo las verdades. “Todavía tenemos un reto grande en avanzar con la comprensión del Conflicto Armado en las <strong>zonas urbanas</strong>, especialmente en Medellín y el Valle de Aburrá. Hay territorios muy invisibilizados como el <strong>Occidente, el Suroeste</strong> y el Norte de Antioquia”, dijo el coordinador. Lea también:Por las audiencias de la Comisión de la Verdad pasaron políticos, <strong>miembros de la fuerza pública</strong>, los excombatientes y tantos otros que no solucionaron per se el conflicto, pero que le regalaron al país <strong>una herramienta para comprender</strong>lo que para muchos era normal: la guerra.