"Me salvé de morir a manos de la Bestia del Matadero": víctima
La joven de 20 años narra cómo logró escapar del expolicía señalado de abusar y asesinar a la estudiante del SENA en Barranquilla, Gabriela Romero
'Me salvé de morir a manos de la Bestia del Matadero': víctima
09:20
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://caracol.com.co/embed/audio/509/097RD130000000617548/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Barranquilla
Justicia pide mujer que fue atacada por presunto homicida de Gabriela Romero, la joven estudiante del Sena hallada muerta en Malambo, Atlántico.
Para Karla Cantillo Hernández de 20 años, oriunda de Ponedera, sur del Atlántico es un verdadero milagro contar la mala experiencia que vivió de manos del exagente, Levith Rúa Rodríguez.
Cuenta la joven que los hechos se registraron el pasado 1° de enero, cuando casualmente el hombre gozaba de un permiso por 72 horas, pues pagaba una pena por un delito sexual cometido en el Cesar.
Expresa que ella se encontraba, con unas amigas en un establecimiento y una de las personas allí presente le pidió que la acompañara al baño que estaba un poco retirado del lugar, estando allí fue sorprendida por el expolicía quien acto seguido la tomó por la garganta y le tapó la boca.
“El me empezó a arrastrar hacia un lote abandonado, yo empecé a forcejear con él, sin embargo yo no podía zafarme y comencé a pedir auxilio, esto lo molestó y empezó a golpearme el rostro”.
En el relato Carla, manifiesta que su amiga trató de defenderla golpeándolo con una tabla, pero esto no fue suficiente porque el individuo trato de agredirla y la chica se fue corriendo a buscar ayuda.
Entretanto Cantillo Hernández seguía su lucha para salvar su vida, dice que trató de escapar pero el abusador la agarró por un pie, y cayó boca abajo en esta posición siguió arrastrándola.
“Todo estaba oscuro y ahí me inmovilizó con su cuerpo besándome y tocándome, como yo no me dejaba y seguía gritando me volvió a golpear más fuerte e intentaba quitarme un enterizo que tenía puesto, pero como no podía hacerlo cogió más rabia y nuevamente me agredió”.
Afirma la afectada que ya en ese momento empezó a perder fuerzas “prácticamente estaba inconsciente fruto de la golpiza, cuando de pronto un hombre con una linterna empezó a gritarle que me dejara y fue cuando se apartó y se fue huyendo”.
A pesar de su mal estado, la víctima señalo que al llegar al centro asistencial a donde fue trasladada dio a conocer la identidad del atacante.
Después de la amarga experiencia, la mujer sufrió varias cirugías al presentar fractura en su mandíbula y debió someterse un largo tratamiento psicológico.
Carla Manifestó a Caracol Radio, que de darse trámite a la denuncia que instauró contra el atacante, en el municipio de Soledad y Ponedera, casos como el de Gabriela y la menor venezolana no se habrían registrado.