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“El que a Mompox vino, y no tomó vino, ¿para qué vino?”

Uno de los productos más apetecidos en la “Tierra de Dios” es el vino, hecho artesanalmente.

Cartagena de indias

La frase que titula este artículo la pronuncia Emperatriz Castro, matrona de la casa de vinos “Cacique Mompox”. Es una afirmación que ratifica que los turistas llegan, y lo primero por lo que preguntan, es por el vino.

“Es un producto 100% natural, sin aditivos, sin químicos, solo es corozo, azúcar, y el tiempo de fermentación”, cuenta ‘doña Empe’, quien tiene su stand en la plaza Santo Domingo, donde se realiza la feria “Hecho a mano por Mompox”.

“Este es un proceso artesanal con mucha dedicación, es un proceso que dura seis meses, al final de los cuales el corozo queda naturalmente fermentado”, relata.

Y aunque el tradicional es el vino de corozo, hay cualquier variedad de sabores: mamón, naranja dulce, naranja agria, tamarindo. “De todas nuestras frutas naturales tratamos de hacer vino”, dice. El próximo reto en la innovación es el vino de miel de abejas.

“También estamos con los ebanistas y con las mujeres artesanas, que nos están haciendo los envases y las cajas para guardarlos. Es un trabajo en el que todos ganamos”, sostiene Emperatriz.

El domingo, cuando acabe el Mompox Jazz Festival, las maletas de los viajeros regresarán cargadas con estas botellas, envueltas en periódicos. Porque “el que a Mompox vino, y no tomó vino, ¿para qué vino?”.⁠⁠⁠⁠