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La pasión por el mar en el Buque Gloria

Los expedicionarios del Viaje al Corazón del Caribe, pasaron un día a bordo del buque insignia de Colombia.

La pasión por el mar en el Buque Gloria

La pasión por el mar en el Buque Gloria(Caracol Radio)

Barranquilla

En sus rostros se reconocía la emoción de tener el privilegio de navegar en el Buque insignia de Colombia, el embajador en los mares del planeta, “el ARC Gloria”. Ellos son los 87 grumetes,todos muy jóvenes, que se embarcan por primera vez. Están expectantes, con ansiedad, algunos con temor; pero no lo expresan en palabras. Los mueve el orgullo de pertenecer a una de las instituciones más queridas de los colombianos, la Armada Nacional.

Es su primer día en el buque escuela. Los expedicionarios del Viaje al Corazón del Caribe, los acompañamos por 20 horas, para vivir de cerca esta experiencia. Los jóvenes llegan para seguir por más de 20 días su formación, esta vez en altamar.

Comienza la travesía en Cartagena. Salimos en la mañana, el reloj marca las 9:30. Todo es movimiento. Los grumetes comienzan su entrenamiento. Cada momento hay una pitada

característica de la vida en El Gloria. Cada sonido tiene un código que entienden los hombres y mujeres de mar. Constituye la mejor manera de comunicarse. Todo en el buque funciona con esos sonidos que los jóvenes atienden con celeridad. Al zarpar, reciben orientación para realizar diversas tareas: despejar la cubierta, organizar los equipos, en fin.

Un capitán que ha viajado en otras oportunidades nos cuenta que la clave en el mar es mantener la mente ocupada y estar activo. Esa es una de las formas más efectivas para enfrentar el primer reto de estos jóvenes: el mareo que produce el constante movimiento del buque con las olas del mar.

No es fácil. No todos superan la primera prueba. A las pocas horas de navegación comienza a sentirse el efecto en el cuerpo. Hay rostros pálidos; algunos deben sentarse por horas para evitar caer, otros salen a cubierta porque la brisa calma un poco el malestar en el estómago.

Conversamos con algunos de estos jóvenes. Unos dicen que han sentido el reclamo del mar en las olas; otros afirman que muy poco. Todos coinciden que es lo menos que se puede soportar por el orgullo que sienten al estar en la Armada y viajar en el buque Gloria.

Edgar Chaparro es un muchacho de Duitama, Boyacá, afirma que es su primera experiencia y que está conociendo el mar. “Es maravilloso, inmenso, mi corazón salta de alegría al verlo”, nos confiesa, mientras sus ojos brillan.

Elkin Gualdrón es de Chimá, Santander, desde niño soñaba con ser marino y especialmente con viajar en el Gloria; por eso, soporta estar lejos de sus padres. Nos cuenta que es de una familia

campesina y que espera conocer muchos países a bordo de los buques de la Armada Nacional. El Capitán de Navío, Mauricio Echandía Zuluaga, dice que cumple un sueño al ser el comandante

de El Gloria. Es un cartagenero, alegre, buen amigo, que con su liderazgo caribe, sabe llevar la tripulación a buen destino. Lleva 27 años en la Armada y nos dice que el mar es una pasión que no abandona: “La marina nunca sale del alma; ni en el retiro”, afirma mientras cuenta que en su familia es el tema de conversación a toda hora.

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