La Arquidiócesis de Cartagena cerró su año jubilar 2025
Se realizó el 27 de diciembre en la Catedral Santa Catalina de Alejandría

Arquidiócesis de Cartagena
En un ambiente de unidad y alegría y bajo la protección de San Juan Evangelista, el “discípulo amado”, cientos de fieles, religiosas, sacerdotes, seminaristas y comunidad de la Arquidiócesis de Cartagena celebraron la clausura de su Año Jubilar este 27 de diciembre en la Catedral Santa Catalina de Alejandría.
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Este tiempo de gracia, que permitió a miles de fieles acceder a la bendición de la indulgencia plenaria en los santuarios de nuestra Iglesia Particular, es ahora el punto de partida de una renovada etapa misionera. La comunidad, que ha caminado unida bajo el lema “peregrinos de esperanza”, se prepara para desplegar velas hacia un horizonte histórico: los 500 años de evangelización de esta Iglesia Particular en el 2034.
Durante la solemne eucaristía, presidida por Monseñor Francisco Javier Munera Correa, arzobispo de esta jurisdicción, se trazó el itinerario espiritual para que el Año Santo se convierta en un camino permanente, destacando tres actitudes fundamentales.
En primer lugar, el prelado exhortó a la comunidad a mantener viva la conciencia de ser peregrinos de esperanza, describiendo a la Iglesia como un conjunto de “hombres y mujeres que sienten la sed de buscar sentido a su vida”. Este caminar se realiza siempre en búsqueda y en plural, señalando que “los peregrinos caminan sin prisa, pero sin pausa”, sabiendo hacia dónde se dirigen y anhelando la verdadera patria.
Como segunda actitud, Monseñor llamó a un transformar los signos de los tiempos en signos de esperanza, donde esta virtud se traduzca en hechos y obras de misericordia que definan a una Iglesia samaritana.
Fue enfático al afirmar que “todos los cristianos tenemos que ser hacedores de paz”, un compromiso que debe nacer de la capacidad de estar al pie de la Cruz y de sentir el palpitar del corazón de Jesús en los momentos de tribulación. Finalmente, invitó a mantener una *visión de la vida llena de entusiasmo, anclados a una esperanza que no defrauda*, llevando consuelo a los enfermos, jóvenes, migrantes y ancianos, mientras se custodian con amor los bienes de la tierra.
Esta celebración en Cartagena se une al caminar de la Iglesia Universal; mientras nuestra jurisdicción eclesiástica, hizo cierre oficial a este tiempo, la mayoría de las iglesias locales realizarán su cierre jubilar este 28 de diciembre con la fiesta de la Sagrada Familia. Es importante destacar qué, en comunión con la Sede Apostólica, la Puerta Santa en Roma se cerrará el próximo 6 de enero, durante la solemnidad de la Epifanía del Señor.
Como signo final de este envío, cada asistente recibió un barco, símbolo de una Iglesia navegante que no teme a los desafíos del tiempo y que zarpará unida hacia los 500 años de evangelización. Ante ello, Monseñor instó a “estar cerca al corazón de Jesús, sintiendo su palpitar, especialmente en los momentos de tribulación”, y mantener encendida la capacidad de acoger a la Madre al pie de la cruz.
Con sus velas abiertas a la misericordia divina, Cartagena navega unida, sabiendo que el Año Santo se ha transformado en un camino permanente hacia el gran jubileo del 2034.



