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“Espacios que abrazan” para transformar la salud mental; la apuesta de María Paula Ávila

Esta psicóloga colombiana creó ocho centros lúdicos y espacios de regulación emocional para humanizar hospitales y empresas. Conozca aquí cómo lo hace.

María Paula Ávila. | Foto: cortesía - Manuela Reyes

La crisis de salud mental avanza en silencio. Millones de niños, jóvenes y adultos enfrentan emociones que no saben expresar, y muchos viven sin herramientas para regular lo que sienten. Frente a este panorama, María Paula Ávila, psicóloga bogotana de 45 años, decidió crear espacios que enseñan a sentir y a sanar. Por eso, desde la Fundación Prema, ha liderado una revolución que combina pedagogía, diseño y bienestar emocional.

Su inspiración nació tras estudiar Educación en Valores Humanos en India. Allí descubrió que los espacios físicos también educan y que el ambiente puede ser tan sanador como una conversación. Luego, en 2013, abrió el primer centro lúdico de Colombia en el Hospital Infantil Los Ángeles, en Pasto, un espacio donde el juego, la música y la lectura se convirtieron en herramientas para enseñar valores como la verdad, la rectitud, la paz y el amor.

Centros lúdicos que humanizan los hospitales

El impacto del primer centro fue tan profundo que otras instituciones quisieron replicarlo. Por ejemplo, la Fundación Cardioinfantil, junto con USAID y la OIM, llevaron el modelo a regiones afectadas por el conflicto como Apartadó y Quibdó. Producto de eso, hoy existen ocho centros lúdicos en seis ciudades, y más de 20.000 niños han sido acompañados en estos espacios.

Por otro lado, hace una década era impensable reducir áreas hospitalarias para montar lo que algunos llamaban “un parquecito”. Aun así, estos centros son pilares de la humanización hospitalaria, al recordar que la salud no se limita al cuerpo, sino que incluye el alma y la emoción.

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La expansión hacia adultos y la creación de los Centros de Regulación de Emociones

El modelo evolucionó y en 2022 Ávila inauguró en la Fundación Cardioinfantil el primer Centro de Regulación de Emociones para adultos con el propósito de de acompañar a los profesionales de la salud que no se sienten emocionalmente estables y que por lo tanto piensan que no pueden asesorar adecuadamente a sus pacientes. Por eso creó un “refugio” donde la calma, la empatía y la confianza se sienten desde la arquitectura misma.

En la creación de estos centros se incluyó la colaboración de la Universidad de los Andes y de expertos como el arquitecto español Mauro Gil-Fournier, pionero en “Arquitecturas Afectivas”. Luego, el modelo llegó a empresas y colegios, donde también existen altos niveles de estrés y exigencia.

Ejemplo de ello son los que ya funcionan en empresas como Cusezar, Alciautos y en colegios como el Hogar Nueva Granada también han apostado por esta iniciativa para llevarla a sus equipos y estudiantes.

Con más de 18 años de experiencia y reconocimientos como el Premio Mujer Cafam 2023, Ávila insiste en que la salud no es ausencia de enfermedad, sino un equilibrio. Así, su objetivo es que todos aprendan a decir sin miedo o vergüenza; me siento triste o necesito ayuda. Mientras ese aprendizaje colectivo llega, sus espacios siguen “abrazando” a quienes necesitan un lugar seguro para volver a sí mismos.