El mito del consumo moderado de alcohol: ¿Es saludable tomarlo en bajas cantidades?
El alcohol debilita el sistema inmunológico, altera la química cerebral y puede agravar trastornos mentales como la ansiedad o la depresión.
Bartender sirviendo ron en varios vasos (Foto: Getty Images) / SimpleImages
Durante muchos años, el consumo moderado de alcohol se consideró una práctica saludable. Se creía que una copa de vino al día podía favorecer la salud cardiovascular o disminuir el riesgo de diabetes.
Sin embargo, investigadores de la Universidad de Stanford han cuestionado esa visión tradicional. Randall Stafford, profesor de medicina y director del ‘Program on Prevention Outcomes and Practices’, afirmó que actualmente el alcohol debe figurar entre las sustancias cuyo consumo conviene reducir o eliminar por completo.
Según el especialista, incluso las cantidades leves aumentan la probabilidad de desarrollar cáncer y enfermedades del corazón. Por su parte, Keith Humphreys, profesor de psiquiatría y ciencias del comportamiento y titular de la cátedra ‘Esther Ting Memorial’, señaló que muchos de los estudios que respaldaban los supuestos beneficios del alcohol presentaban errores metodológicos.
En varios casos, los ‘no bebedores’ incluidos en las investigaciones eran personas que habían dejado de consumir por problemas de salud previos. Al corregir ese sesgo, las investigaciones más recientes revelan que el efecto protector del alcohol no existe.
¿Qué efectos comprobados tiene el alcohol en el cuerpo?
Nuevas evidencias científicas han derribado el mito del ‘vino saludable’. Un estudio publicado en 2024 por el ‘Journal of the American Medical Association’, que analizó a más de 135.000 personas mayores de 60 años, concluyó que incluso el consumo moderado de alcohol incrementa la tasa de mortalidad, especialmente por cáncer y enfermedades cardiovasculares.
En el mismo sentido, la ‘American Association for Cancer Research’ reportó que más del 5% de los casos de cáncer en Estados Unidos están directamente relacionados con la ingesta de alcohol. El riesgo comienza desde la primera copa y afecta sobre todo el sistema digestivo, así como el tejido mamario en mujeres.
El problema está en el metabolismo del etanol, que se convierte en acetaldehído, una sustancia tóxica capaz de dañar el ADN y acelerar el envejecimiento celular.
Adicionalmente, el alcohol debilita el sistema inmunológico, altera la química cerebral y puede agravar trastornos mentales como la ansiedad o la depresión. Según Humphreys y Stafford, no existe ningún nivel de consumo que sea realmente beneficioso para la salud.
¿Existe una cantidad realmente segura de alcohol?
Por su parte, Che-Hong Chen, biólogo molecular de la Universidad de Stanford, investiga cómo los genes determinan la forma en que el cuerpo procesa el alcohol.
Su trabajo sobre la mutación ALDH2, presente en alrededor del 8% de la población mundial, principalmente en personas de ascendencia asiática oriental, reveló que esta variación impide metabolizar correctamente el acetaldehído, un compuesto tóxico derivado del etanol. Como resultado, el riesgo de cáncer y enfermedades cardíacas aumenta incluso con una sola copa.
Para las personas que tienen esta mutación, una bebida equivale a cuatro o cinco, explica Chen, quien sugiere tratar el alcohol como al tabaco, con advertencias sanitarias claras.
A pesar de ello, las guías alimentarias estadounidenses de 2025 mantienen los límites en dos bebidas diarias para hombres y una para mujeres, aunque desaconsejan comenzar a beber. Canadá, en cambio, redujo su recomendación a un máximo de dos por semana.
Finalmente, según Stafford, ningún nivel de consumo es completamente seguro. En respuesta, el movimiento ‘mindful drinking’ ha ganado adeptos, ya que promueve una relación más consciente con el alcohol.