“Son niñas, no esposas”: investigación revela panorama de embarazo y matrimonio infantil forzado
Los hallazgos muestran que el 51 % de los casos de embarazos infantiles ocurren en el marco de un matrimonio forzado

La Fundación Plan presentó la investigación “Son Niñas, No Madres”, una mirada profunda a las normas sociales de género que perpetúan el Embarazo Infantil Forzado en los territorios de intervención de la Fundación, acto al que se suma el relanzamiento del Observatorio “Contando lo Invisible”*, que busca visibilizar las realidades que permanecen ocultas y que afectan a la niñez, adolescencia y juventud en contextos de vulnerabilidad
Según las cifras del más reciente informe de la fundación, el Embarazo Infantil Forzado en Colombia afecta a niñas menores de 14 años como consecuencia de violencia sexual, muchas veces ligado a matrimonios y uniones infantiles, tempranas y forzadas
Nueva de cada mil niñas están involucradas en uniones o matrimonios tempranos y solo en 2024, 3.438 casos de embarazo infantil forzado se reportaron en niñas entre los 10 y 14 años y 71 de ellas ya habían pasado por esta experiencia más de una vez.
Los hallazgos muestran que el 51 % de los casos de embarazos en niñas ocurren en el marco de un matrimonio forzado, lo que revela cómo estas uniones funcionan como un mecanismo de normalización y encubrimiento del abuso sexual
A este panorama se suma que entre enero y julio del 2025, se han reportado 9.551 casos de violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes
A pesar de que Colombia cuenta con un conjunto de normas nacionales, el fenómeno del embarazo infantil forzado aún presenta desafíos en la garantía efectiva de estos derechos. Si bien el Código Penal colombiano contempla el acceso carnal abusivo con menor de 14 años como delito y considera el embarazo resultante como un agravante, esta práctica forzada no cuenta con un reconocimiento explícito como una forma diferenciada de violencia basada en género dentro de la normativa nacional.
Por su parte, y debido a su estrecha relación con el embarazo infantil forzado , es de mencionar que los matrimonios con mayores de 14 años estaban permitidos hasta el 2024, siempre que se contara con la autorización de la madre, padre o representante legal de la persona menor de edad y, por otra parte, no existía ninguna restricción legal para las uniones tempranas. Sin embargo, con la aprobación y posterior sanción de la Ley 2447 de 2025, tanto el matrimonio como las uniones tempranas con personas menores de 18 años, se eliminan.
Al tiempo, esta diferenciación de los embarazos en cuanto a edad también permitiría respuestas estatales más pertinentes para su prevención y atención.
Más allá de este asunto, persiste la ausencia de reconocimiento del embarazo forzado en niñas de manera diferente a los embarazos adolescentes, así como la invisibilización de sus causas estructurales y sus consecuencias para el proyecto de vida de las niñas. Esto contribuye a la dificultad para su identificación y prevención temprana, así como para la generación de respuestas institucionales, sociales y comunitarias pertinentes.



