La polémica detrás de la caducidad del Puerto Las Américas de Santa Marta: el ABC de la decisión
Este era uno de los proyectos más ambiciosos de la historia de la ciudad y prometía transformar la economía samaria.
CARLOS JARAMILLO, SECRETARIO DE DESARROLLO ECONÓMICO
Santa Marta
La ilusión de convertir a Santa Marta en un nuevo epicentro portuario del Caribe se derrumbó tras la decisión de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), que declaró la caducidad del contrato 003 de 2015 con la Sociedad Portuaria Las Américas, alegando supuestos incumplimientos graves y reiterados en los compromisos establecidos.
La determinación, oficializada el 2 de octubre de 2025, no solo pone punto final al proyecto, sino que además impone una sanción de 13,48 millones de dólares a la concesionaria por los perjuicios causados al Estado. Como si fuera poco, la ANI también decretó la inhabilidad por cinco años para que la empresa vuelva a contratar con entidades públicas.
Según la entidad, el concesionario habría eludido de manera reiterada el plan de inversiones, incumpliendo obras y entregas contempladas en los cronogramas. Desde julio de 2024, la ANI había iniciado actuaciones sancionatorias luego de constatar presuntos retrasos y modificaciones al contrato mediante otrosíes firmados en 2018 y 2020, los cuales, a juicio del organismo, no corrigieron los incumplimientos estructurales.
Le puede interesar: Creación del Puerto Multipropósito de las Américas en Taganga tiene sus reparos
Al respecto, Carlos Jaramillo, secretario de Desarrollo Económico de Santa Marta, dijo que la decisión deja a la ciudad con una reflexión de ser respetuosos de la ley, pero que se solicitará un espacio de diálogo porque este un proyecto que genera contraprestación en dinero, sino también en ofertas de empleos.
Por su parte, la Sociedad Portuaria Las Américas argumenta que factores como el aumento de los costos de materiales, la tramitología estatal y los efectos económicos de la pandemia provocaron los retrasos, insistiendo en que no hubo negligencia sino condiciones externas que frenaron el avance.
Mientras el proceso entra en etapa de apelación ante los tribunales, el futuro del proyecto queda en vilo. Santa Marta pierde, al menos por ahora, una oportunidad estratégica de desarrollo logístico y generación de empleo, mientras las autoridades buscan definir qué pasará con el terreno y las inversiones ya ejecutadas.