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Vamos a tener una disminución de violencia: Monseñor Jaramillo sobre enfrentamientos en Buenaventura

Las organizaciones criminales Los Shottas y Espartanos buscan detener los enfrentamientos en el puerto de Buenaventura, así lo confirma en 6AM Monseñor Rubén Darío Jaramillo, obispo de Buenaventura.

Vamos a tener una disminución de violencia: Monseñor Jaramillo sobre enfrentamientos en Buenaventura

La ciudad de Buenaventura, en el Valle del Cauca, ha vivido semanas marcadas por el miedo y la violencia. Un reciente pico de enfrentamientos entre las bandas ‘Los Shottas’ y ‘Los Espartanos’ dejó como saldo personas heridas, un muerto y el confinamiento de comunidades que quedaron atrapadas en medio del fuego cruzado.

En diálogo con 6AM de Caracol Radio, el obispo de Buenaventura, monseñor Rubén Darío Jaramillo, explicó que, pese a la difícil situación, se abre un camino de esperanza gracias a los diálogos que se mantienen con las cabecillas de los grupos armados.

“Vamos a tener en Buenaventura un bajón de violencia, de este pico que vivimos en las últimas semanas. Ya hablamos con los cabecillas y están conscientes del mal que le hacen a la ciudad, especialmente a nuestros jóvenes”, afirmó.

Una tregua, no una negociación de paz

El obispo aclaró que lo que se busca no es una negociación formal, pues no existe un marco jurídico que lo permita, sino un espacio de diálogo socio-jurídico.

“No estamos negociando la paz. Lo que hacemos es un espacio de diálogo para concientizar a las bandas de lo grave que significan estos picos de violencia en una comunidad pobre que se está asesinando a sí misma”, explicó Jaramillo.

Según el religioso, los descensos en los índices de violencia que ha tenido Buenaventura en los últimos años se deben justamente a treguas temporales. Sin embargo, reconoció que estas se rompen con frecuencia debido a los intereses ilegales de los grupos.

Narcotráfico, oro ilegal y extorsión

Monseñor Jaramillo también habló sobre las motivaciones detrás de la violencia. Confirmó que, además de la disputa por las rutas del narcotráfico, los grupos operan en múltiples economías ilegales como la minería de oro, el contrabando de mercancías, la madera y, en menor medida, la extorsión y el robo.

“En este nuevo diálogo, los cabecillas están dispuestos a reducir en un porcentaje alto la extorsión y el robo. Los temas gruesos como el narcotráfico no se resuelven desde Buenaventura, sino a nivel nacional e internacional”, sostuvo.

Falta de oportunidades, el trasfondo del problema

El obispo fue enfático en señalar que la raíz del conflicto en Buenaventura está en la falta de oportunidades laborales y en el abandono institucional.

“En 2024 se cerraron más de 250 empresas en Buenaventura, el desempleo creció y no ha llegado una sola empresa nueva. Cuando hay empleo legal, la gente no se dedica a delinquir. El mal no se combate solo con fuerza pública, sino con el bien: oportunidades, empresas y desarrollo”, subrayó.

Un llamado a la esperanza

Pese a la complejidad de la situación, monseñor Jaramillo reiteró su confianza en que los diálogos actuales traerán un alivio inmediato a la población:

“Queremos que las comunidades tengan tranquilidad y esperanza de que esto puede cambiar. Las muertes violentas deben parar y los jóvenes necesitan ver que otra vida es posible”.

Finalmente, el obispo pidió la bendición de Dios para las familias de Buenaventura y para todos los colombianos que cada día trabajan con fe y esperanza en un futuro mejor.