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Coomagua: una alternativa sostenible que rentabiliza y protege los bosques del Chiribiquete

La cooperativa Coomagua se ha vuelto en un referente por su propuesta sostenible que protege los bosques y también ofrece salidas rentables para las familias campesinas de la región

Coomagua: una alternativa sostenible que rentabiliza y protege los bosques del Chiribiquete

El Parque Nacional Natural Chiribiquete es un lugar único en el mundo, pues está estratégicamente ubicado en el centro de un anillo conformado por las sabanas orinocenses, la cordillera de los Andes, el escudo Guayanés y la selva amazónica.

Esta conjunción le permite albergar 20 tipos de ecosistemas diferentes y ser el hogar de decenas de especies endémicas. Además, cuenta con un valor histórico inigualable en la región porque tiene un aproximado de 70.000 pinturas rupestres, que son consideradas sitios sagrados por algunas culturas amazónicas.

A pesar de toda su riqueza natural y cultural, el Chiribiquete es un territorio natural que se encuentra amenazado por la deforestación, los cultivos ilícitos, las vías ilegales y la llegada de nuevos pobladores a la región. En medio de este panorama, surgió la Cooperativa Multiactiva Familias del Chiribiquete (Coomagua), una alternativa sostenible que busca rentabilizar y al mismo tiempo proteger los bosques.

¿Cómo nació Coomagua?

Como explicó Rodrigo Botero, un vocero de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, el Guaviare, en donde nació la cooperativa, es un departamento que históricamente ha sido afectado por el conflicto armado, por la presencia de economías ilegales, por la apropiación masiva de tierras, por la deforestación y por la ganadería.

En medio de todo este contexto, un grupo de familias quisieron apostarle a economías alternativas que, en vez de derribar los bosques, pudiesen aprovechar los beneficios que estos brindaban.

“Lo más bello de este proyecto es que los Guardianes del Chiribiquete, como ellos mismos se autodenominaron, entendieron y vieron relación entre las bondades ambientales que significa tener a un parque nacional al lado de ellos y las posibilidades de usos sostenibles que se pueden encontrar en los bosques”, explicó Botero.

El proyecto de las familias comenzó hace más de 6 años, cuando más de 90 familias comenzaron a hacer forestería comunitaria.

Como explicó Hermides Moreno, el entonces presidente de COOMAGUA en 2022, la forestería comunitaria consiste en la unión de personas que utilizan recursos del bosque no maderables de una forma sostenible. Se trata de una alternativa que busca mediar una convivencia entre las familias que viven en el bosque y la protección y conservación del ecosistema natural.

Tras varios años de formación y trabajo colectivo, las familias se unieron para formar oficialmente su cooperativa que nació en septiembre del 2022. Con ella, comenzó la formalización de un negocio sostenible que protege a los bosques y que les permite obtener un sustento de su propio territorio.

Las líneas de negocio sostenible dentro del Chiribiquete

Estas familias principalmente tienen negocios relacionados con producciones no maderables, entre ellos se encuentra el trabajo con productos como el seje, moriche, cacay, arazá, borojó y asaí, que son propios de los bosques del Chiribiquete. De estos productos, hay 3 diferentes líneas de negocio:

  1. Una es la transformación de esos productos base en otros que produzcan un valor agregado, como la producción de pulpas, aceites y harinas.
  2. La segunda tiene que ver con la comercialización directa de estos productos que son recolectados por las familias campesinas integrantes de la cooperativa o de otras organizaciones que trabajan bajo la misma política.
  3. La tercera tiene que ver con meliponicultura, que es la práctica de criar abejas sin aguijón, llamadas meliponas. La miel de estas abejas suele ser más líquida y su actividad es productiva, rentable y amigable con el medioambiente.

Actualmente, la cooperativa sigue educándose y creciendo con sus negocios sostenibles y que buscan proteger los bosques del Chiribiquete. “Este es un ejemplo y un incentivo para cambiar el modelo económico regional”, explicó Botero.