¿Baja tolerancia a la frustración? Podría padecer el síndrome Peter Pan, según psicólogos
Le contamos todo lo que debe saber sobre estas terminologías para que sepa si padece alguna.

Síndrome de Peter Pan, imagen de referencia (Getty Images). / HollenderX2
La frustración, como respuesta emocional, ha servido como una herramienta adaptativa para superar obstáculos y encontrar soluciones a los problemas. En el mundo moderno, donde muchos objetivos son abstractos o inalcanzables, la frustración tiende a intensificarse.
Cuando usted enfrenta problemas, su cerebro activa un estado de alerta que incrementa la ansiedad, y si los obstáculos persisten, pueden surgir sentimientos de pérdida y desesperanza.
Las emociones interactúan porque comparten un componente común: la sensación de falta de control. Aunque sea incómoda, la frustración es también un impulso hacia el cambio, que contribuye a reflexionar, evaluar estrategias y avanzar.
Por otro lado, la frustración tiene la capacidad de influir en la creatividad. Varios artistas y pensadores han canalizado esta respuesta emocional en obras significativas. Cuando es ignorada puede transformarse en ira, apatía o estrés, afectando de manera negativa el bienestar personal y social.
¿Qué es la baja tolerancia a la frustración?
En la frustración, se evidencia cuando se priva a alguien de lo que espera. Puede ocurrir cuando las cosas no salen como se quieren o como se habían planeado.
En este orden de ideas, cabe destacar que existe la alta y la baja tolerancia a la frustración. En el caso de la primera, ocurre cuando una persona acepta que la frustración es parte del proceso; en el segundo caso, no se acepta que nos puede ir mal o nos puede ir como no esperábamos.
La baja tolerancia a la frustración, fue mencionada por primera vez por Albert Ellis. Además, él quería explicar el fenómeno de querer evitar el dolor o generar placer inmediato utilizando el estrés o el derrotismo. Esto ocurre cuando usted quiere dejar de sentirse mal y utiliza el estrés para justificar que se ha rendido.
De esta manera, se podría decir que las personas con baja tolerancia a la frustración, buscan el placer inmediato y que, si esto no ocurre, también les genera malestar. También buscan experiencias que tengan una recompensa inmediata y evitan vivencias con placer diferido.
¿Qué pasa si usted tiene una baja tolerancia a la frustración?
En primer lugar, puede enfrentar consecuencias como abandonar tareas o actividades que le generan estrés, perdiéndose de experiencias valiosas.
Además, puede experimentar ansiedad intensa y prolongada cuando algo no sale como esperaba. También, tiende a evitar situaciones que no ofrecen gratificación inmediata o que considera estresantes.
Asimismo, lo anterior se suma a dificultades para resolver conflictos, tomar decisiones, falta de motivación, un enfoque excesivo en el presente sin considerar el futuro y un constante miedo al fracaso.
Síndrome de Peter Pan
Para empezar, hay que decir que este síndrome hace referencia a las personas adultas que evitan asumir responsabilidades que tienen a su edad y prefieren mantener un estilo de vida relacionado con la juventud y la despreocupación.
El término fue popularizado por el psicólogo Dan Kiley, que explica que una persona que lo padece, refleja inmadurez emocional, dependencia de otras personas y una resistencia a comprometerse con tareas o relaciones que impliquen esfuerzo sostenido.
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Es importante resaltar que no es un diagnóstico clínico oficial. No obstante, se observa en individuos que idealizan la infancia y recurren a mecanismos de evasión, como el escapismo a través de fantasías o actividades recreativas, para evitar enfrentar las demandas de la adultez.
De cierta forma, esta ‘inmadurez emocional’ se acompaña de dificultad para gestionar emociones y establecer relaciones maduras, lo que refuerza la incapacidad para afrontar los desafíos de la etapa de la vida en la que se está.
Por otra parte, debe saber que la baja tolerancia a la frustración es un rasgo central en quienes presentan este síndrome, ya que reaccionan de manera negativa ante obstáculos, estrés o fracaso. Estos individuos tienden a evitar situaciones que impliquen esfuerzo o incertidumbre, esto nutre un ciclo de dependencia y evitación.
Muchas veces se tiende a decir, desde un enfoque psicológico, que la incapacidad para manejar las emociones frente a las dificultades, suele estar relacionada con patrones educativos sobre protectores que no permitieron desarrollar habilidades de afrontamiento efectivas.
Como resultado, estas personas se frustran fácilmente y buscan evadir responsabilidades, reforzando su percepción de incapacidad y agravando su resistencia al cambio.
Finalmente, el tratamiento del síndrome de Peter Pan se enfoca en romper este ciclo de inmadurez y dependencia. Se trabaja en la tolerancia a la frustración y en el desarrollo de habilidades emocionales y prácticas. Además de fomentar la autonomía a través de la asunción progresiva de responsabilidades y el fortalecimiento de la autoconfianza.