Informe alerta sobre falta de atención a población afectada por conflicto armado
Un informe de Humanity & Inclusion advierte que las personas víctimas de minas antipersona y otro tipo de explosivos carecen de acceso a tratamientos de rehabilitación.
A pesar de los constantes avances a nivel científico y político para que las personas tengan una atención clara cuando son víctimas de artefactos explosivos u armas de todo tipo, aun existen brechas en cuanto al acceso a los servicios médicos, asistencia sanitaria, servicios de rehabilitación física y ayuda humanitaria.
Ante esta situación, que no solo deja como víctimas a quienes mueren o resultan heridos sino también a sus familias y comunidades que quedan inmersas por el conflicto, la organización Humanity and Inclusion (H&I) publica un informe llamado “La Rehabilitación importa: un llamado de la población afectada por conflictos armados” en el que cuenta las historias de 7 personas de Colombia, Irak y Laos para dar cuenta de la crisis por falta de acceso a estos servicios médicos.
Esta publicación, financiada por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega, también proporciona recomendaciones y líneas de acción para que los gobiernos, las entidades locales y los organismos internacionales entiendan que el acceso de estas personas a la rehabilitación y a la tecnología de asistencia temprana que reduce las complicaciones de salud.
La historia de Andrés
Andrés viajaba en moto entre Guayacana y Llorente (en el departamento de Nariño), cuando un cilindro bomba explotó cerca de su moto. Andrés tenía 23 años en el momento del accidente y hoy tiene 41 años.
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Resultó gravemente herido y fue sometido a múltiples intervenciones quirúrgicas: dos amputaciones en la pierna derecha, cirugía torácica, traqueotomía y reconstrucción del brazo y el tímpano. Andrés asistió a sesiones de fisioterapia y terapia del lenguaje en el hospital, e inició el proceso para su primera prótesis.
La segunda amputación le afectó mucho psicológicamente; se sentía enfadado, triste y desilusionado. Sin embargo, en aquel momento no recibió asesoramiento psicológico.
Una vez dado de alta, Andrés se trasladó a Pasto, la capital del departamento de Nariño (Colombia), donde pudo acceder mejor a los servicios y empezar una nueva vida. Gracias a las continuas intervenciones de terapia ocupacional y fisioterapia, Andrés recobró la esperanza, pero seguía sin saber qué haría a partir de entonces.
“La recuperación fue un proceso amargo, porque el sistema es precario y hay poco apoyo y ayuda estatal para las víctimas”, dice Andrés, quien logró contar con el apoyo psicosocial, de medios de vida y jurídico de la Pastoral Social, una organización diocesana de Pasto, y de Humanity & Inclusion.
Algunas recomendaciones
- Aumentar los recursos financieros y técnicos para prestar un apoyo sistemático y a largo plazo a las víctimas
- Promover un enfoque centrado en la persona en la asistencia a las víctimas y la prestación de servicios de rehabilitación
- Garantizar el acceso de la ayuda humanitaria en situaciones de conflicto armado e integrar la asistencia a las víctimas y la rehabilitación en la respuesta humanitaria.
- Ampliar la cobertura de los costes de rehabilitación y tecnología de asistencia por los mecanismos de salud y bienestar social
- Aumentar la accesibilidad y asequibilidad de la tecnología asistencial de calidad
- Garantizar un nivel adecuado de apoyo financiero y técnico para la asistencia a las víctimas
- Apoyar la investigación sobre rehabilitación y tecnología asistencial