¿Es malo saltarse el desayuno? Estos son los efectos en salud mental y más, según estudios

Luego de varias horas, transcurridas entre el momento de empezar a dormir y el despertar, se pasa por una etapa de ayuno en la que el cuerpo pierde energía. Por ende, es necesario recuperar fuerzas para funcionar adecuadamente.

Con un buen desayuno, se garantiza el impulso necesario para enfrentar las actividades diarias con más dinamismo. Cuando se ingieren alimentos por la mañana, se activa el metabolismo, lo que facilita la quema de calorías a lo largo del día y contribuye a un manejo más eficiente del peso.

Adicionalmente, el desayuno es importante para la concentración y el rendimiento cognitivo. Los nutrientes que obtenemos al desayunar mejoran nuestra capacidad de enfoque y productividad, lo que permite afrontar las actividades con mayor claridad y efectividad.

Al contar con un desayuno equilibrado se beneficia el rendimiento mental y la salud cardiovascular. Al incluir alimentos nutritivos, se ayuda a mantener niveles saludables de colesterol y reducir el riesgo de enfermedades del corazón.

La regularidad del desayuno, contribuye al control del apetito, evitando antojos no deseados. El acto de disfrutar de una comida equilibrada por la mañana puede mejorar el estado de ánimo.

¿Qué pasa si se sigue saltando el desayuno de manera sistemática?

En principio, al no consumir alimentos por la mañana, es probable que se sienta con menos energía. De esta manera, se verán afectadas sus actividades diarias y su capacidad de concentración.

Adicionalmente, puede aumentar el riesgo de sobrepeso y obesidad. Esto, por la alta probabilidad de que le dé hambre, lo que puede resultar en ingerir en exceso durante las horas posteriores.

Otro efecto negativo es la alteración de los niveles de azúcar en la sangre. Puede haber fluctuaciones en estos niveles, lo que puede afectar su estado de ánimo y aumentar el riesgo de padecer diabetes tipo 2.

Además, hay estudios que sostienen que las personas que se saltan el desayuno tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, como hipertensión, colesterol alto, estreñimiento y acidez estomacal.

Tras no ingerir el desayuno: ¿De qué manera se puede ver afectada la salud mental?

En primer lugar, los efectos más evidentes son los cambios de humor. Ante la ausencia de nutrientes, puede aumentar la irritabilidad y el estrés, lo que afecta el bienestar emocional.

El cerebro humano requiere energía para funcionar de manera eficiente. Un desayuno adecuado es fundamental para mantener la concentración. Sin esta comida se pueden experimentar dificultades para enfocarse y aprender.

Según el portal de salud español Quiron Salud, existe una relación entre omitir el desayuno y un mayor riesgo de padecer episodios depresivos.

Adicionalmente, la falta de nutrientes puede interferir con los ciclos de sueño, dificultando la conciliación del sueño y provocando un descanso de mala calidad, lo que a su vez puede agravar los problemas emocionales.

Asimismo, la sensación de hambre y la baja energía resultantes de no desayunar pueden contribuir al aumento de la ansiedad. Para asegurarse de que su desayuno sea realmente nutritivo, se recomienda incluir carbohidratos complejos, como avena o pan integral, que proporcionan energía sostenida.

Finalmente, cabe destacar que las proteínas, presentes en alimentos como huevos o yogur, son importantes para el desarrollo y la reparación de tejidos; las grasas saludables, que encuentran en el aguacate o las semillas, se necesitan para el buen funcionamiento del cerebro.

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