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Oraciones poderosas para importantes peticiones a la Virgen de la Salud

En Bojacá se encuentra una de las representaciones religiosas más importantes del país, referente a esta inmaculada.

Oraciones para la Virgen de la Salud // Imágenes de referencia: Getty Images y  Nuestra Señora de la Salud de Bojacá

Oraciones para la Virgen de la Salud // Imágenes de referencia: Getty Images y Nuestra Señora de la Salud de Bojacá

Aunque en el catolicismo hay una sola Virgen, los nombres que se le da a distintas imágenes hacen referencia a las diversas circunstancias que enfrentó, los misterios de su vida o a lugares donde se celebra su culto. Una de las conocidas es la Virgen de la Salud, famosa en algunas partes específicas de Colombia como Bojacá.

Su imagen, ubicada en el santuario local, es considerada milagrosa y atrae a numerosos peregrinos cada año. ¿Cómo llegó? Según contó Fray Óscar Tamara, integrante de la Comunidad Agustina, la devoción a esta virgen se remonta a mediados del siglo XVIII y se ha convertido en uno de los principales centros de peregrinación del país.

La historia cuenta que la imagen fue trasladada a la iglesia local y desde entonces se le atribuyen numerosos favores y milagros, lo que ha solidificado su lugar en el corazón de los fieles. En la parroquia San Lorenzo Mártir se ubica el cuadro al que le encomiendan la sanidad de los enfermos, protección al hogar, bendición en salud y también es popular por la bendición de los vehículos.

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Oración poderosa por la salud

La Parroquia San Lorenzo compartió las siguientes oraciones en su blog:

Primera oración

¡Virgen María, Madre de la Salud! Tu Hijo divino te encargó que fueras también Madre de todos los hombres. Desde entonces, con admirable fidelidad, has estado presente en la vida de la Iglesia y de cada uno de sus hijos; como ejemplar de todas las virtudes personales y comunitarias; como medianera nuestra ante Dios, y como madre de la vida divina que Cristo nos comunica.

conoces nuestros sufrimientos y problemas, nuestras infidelidades y caídas. A ejemplo tuyo y con tu ayuda, aceptamos el plan de nuestro Padre Celestial que, en Cristo y por el Espíritu Santo quiere salvarnos a través de las pruebas y sufrimientos de la vida temporal, hasta darnos la plenitud de su vida sin término. Amén.

Segunda oración

Virgen de la Salud. Confiados en tu maternal mediación, te pedimos nos alcances de Dios una fe fuerte para vencer el pecado; una caridad ardiente para perdonar a todo el que nos haga mal. Protégenos en los peligros de los viajes; pedimos tu protección maternal en los sufrimientos, en las enfermedades, en la soledad, en la incomprensión y en los apuros de nuestra pobreza. Que no nos falte el pan espiritual y corporal; y, la alegría de vivir cumpliendo la misión que Dios nos encomendó al darnos la existencia. Que nos sintamos Iglesia, responsables de la redención de todos los hombres, nuestros hermanos. Por los dolores que sufriste al recibir en tus brazos el cadáver de tu Hijo, concédenos la gracia de que nuestra muerte será la resurrección a la plena vida que Tú, Madre querida, ya posees por toda la eternidad. Amén.

Se pide la gracia deseada, se reflexiona y se termina con tres avemarías y el Gloria al Padre y al Hijo.

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Tercera oración

Oh, dulcísima y misericordiosísima Virgen de la Salud de Bojacá, por los méritos de tu maternidad divina, por tu compasivo amor a nosotros los pecadores:

Líbrame, por favor, de los pecados graves, de las fuertes tentaciones, aleja a mis enemigos, aparta a los malos vecinos, ocúltame de los que me quieren hacer mal.

Líbrame Madre de los peligros en los viajes, de las balas enemigas, del puñal o del cuchillo de los asesinos, de la lengua de los que murmuran y calumnian, de las manos de los ladrones.

Favoréceme de las graves enfermedades, de los animales ponzoñosos, de las tempestades y de los rayos. Socórreme el pan de cada día y líbrame del hambre, de la sed y de la peste; de la tristeza, de la muerte repentina y de todo mal.

Y por los dolores que experimentaste al contemplar a tu divino Hijo muerto en tus brazos, concédeme te lo pido: (hacer la petición). Y cuando llegue mi hora, dame madre una santa muerte y no permitas que mi alma vaya a los infiernos, y cuando esté en el purgatorio, baja pronto a aliviarme y a llevarme al cielo, a gozar eternamente en tu Compañía. Amén.

- Rezar la Salve y tres Avemarías.

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