Reino Unido: autoridades en alerta ante posibles disturbios de la extrema derecha
El norte del país vive una crisis de seguridad luego de difundirse rumores de que el joven que asesinó 3 menores de edad era un inmigrante solicitante de asilo.
La policía británica está en alerta ante el aumento de los llamamientos a manifestar por parte de la extrema derecha, que hace temer nuevos disturbios una semana después del inicio de las protestas tras el asesinato de tres menores.
Aunque la noche del martes fue más tranquila que en días anteriores, las autoridades vigilan de cerca una treintena de convocatorias de concentraciones ante centros o despachos de abogados que prestan asistencia jurídica a inmigrantes y solicitantes de asilo.
La Law Society of England and Wales denunció un “ataque directo” a la profesión que representa y la ministra de Justicia, Shabana Mahmood, advirtió que aquellos que participen de las violencias “se unirán a los centenares que ya fueron detenidos por la policía durante la primera semana”.
Las autoridades han llevado a cabo unas 400 detenciones desde que comenzaron los altercados a finales de julio y un centenar de personas fueron acusadas.
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Un joven de 18 años fue condenado el martes en Mánchester a dos meses de cárcel por haber roto la ventanilla de un automóvil de policía el domingo. Según la agencia de noticias británica PA, sería el primer encarcelado desde que comenzaron los disturbios.
La ola de violencia estalló tras un ataque con cuchillo el 29 de julio que se cobró la vida de tres niñas durante una fiesta temática de la cantante estadounidense Taylor Swift en Southport, en el noroeste de Inglaterra, que después se extendió durante todo el país.
Los disturbios fueron atizados por rumores falsos y especulaciones en internet sobre la identidad del sospechoso y algunas versiones difundidas por “influencers” de ultraderecha indicaron que el autor fue un demandante de asilo musulmán.
La policía informó que el sospechoso es un joven de 17 años nacido en Gales, pero los medios británicos reportaron que sus padres son ruandeses.
Al término de una nueva reunión de crisis el martes por la noche, el primer ministro Keir Stramer --un abogado de derechos humanos y exresponsable de la fiscalía británica-- afirmó que esperaba “duras” condenas para los alborotadores.
El dirigente, elegido hace sólo un mes en la aplastante victoria de los laboristas sobre los conservadores, aseguró además que su prioridad era garantizar la seguridad de la población.
El gobierno indicó que está semana empezaría a operar un “ejército” de reserva de 6.000 policías especializados en mantener el orden.