México: invasión a Embajada en Quito debe tener consecuencias
El gobierno mexicano pidió a la Corte Internacional de Justicia sentar un precedente para evitar que otros gobiernos decidan atacar la soberanía que representan las misiones diplomáticas.
México pidió este martes ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ, el máximo tribunal de la ONU) que la invasión de su embajada en Ecuador tenga consecuencias porque lo ocurrido representa una “grave amenaza” a las relaciones internacionales.
“El ingreso por la fuerza de Ecuador a nuestra embajada y el ataque contra el personal y la dignidad de nuestro personal diplomático debe tener consecuencias”, dijo el jurista Alejandro Celorio Alcántara, agente mexicano, luego de los alegatos en el primer día de audiencias por el caso.
El asalto a la embajada “plantea una grave amenaza al mantenimiento de las relaciones internacionales y es motivo de grave preocupación para la comunidad internacional”, dijo Celorio Alcántara. “Hay líneas en el derecho internacional que no deben cruzarse. Lamentablemente, la República del Ecuador las ha cruzado”, dijo el jurista mexicano.
La invasión de la embajada “muestra el desprecio del Ecuador por las normas fundamentales, universalmente aceptadas y de larga data. Esta conducta crea un riesgo inminente de que pueda ocurrir otra violación”, expresó.
El miércoles, será el turno de la delegación de Ecuador de presentar sus alegatos orales ante la alta corte de La Haya. A partir de allí, el tribunal deberá agendar una fecha para pronunciarse sobre el caso. En la noche del 5 de abril, después de varios días de tensión, hombres armados de las fuerzas ecuatorianas de seguridad invadieron la embajada de México en la capital, Quito, en un escándalo sin precedentes en la región.
Los hombres armados se llevaron por la fuerza al ex vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, procesado por la justicia de Ecuador y a quien las autoridades mexicanas habían concedido estatus de asilado.
Exigencias mexicanas
Ante la gravedad de lo ocurrido, México elevó el caso a la CIJ para pedir, entre otras cosas, la suspensión temporaria de la membresía ecuatoriana en el sistema de la ONU. Sin embargo, el caso tuvo el lunes una inesperada vuelta de tuerca cuando Ecuador formalizó ante la misma corte de la ONU una demanda contra México por el asilo concedido a Glas.
En su demanda, México pide a la CIJ que declare que Ecuador violó sus obligaciones internacionales, y que suspenda la membresía ecuatoriana a la ONU hasta que las autoridades de ese país emitan un pedido público de disculpas.
México también pide que la Corte siente como precedente que un país que actúe “como lo hizo Ecuador (...) será expulsado de la ONU, de acuerdo con el procedimiento previsto en el artículo VI de la Carta de las Naciones Unidas”.
México pide además que la CIJ ordene a Ecuador “tomar los pasos inmediatos y adecuados para la protección de la sede diplomática, su propiedad y archivos, evitando toda intromisión en ellos”.
También aspira a que la CIJ ordene que Ecuador permita al gobierno mexicano desalojar las instalaciones diplomáticas y las residencias de su personal.
Entre sus demandas, solicita que “Ecuador se abstenga de cualquier acto o conducta que puedan perjudicar los derechos de México con relación a cualquier decisión que la Corte pueda emitir”. Desde el estallido del escándalo, los dos países han roto relaciones.
Demandas cruzadas
Ecuador, por su parte, alega que México “ha incumplido, entre otras, sus obligaciones de no otorgar asilo a personas que se encuentren procesadas o en juicio por delitos comunes o hayan sido condenadas por tribunales ordinarios”, como es el caso de Glas.
Con relación a la contrademanda de Ecuador, Celorio Alcántara afirmó que “no nos sorprende nada; lo anticipábamos”.
“No incluimos a propósito el tema del asilo en nuestra solicitud de inicio de procedimientos, porque sabíamos que Ecuador lo utilizaría como defensa. Ahora ya sabemos los argumentos de Ecuador sin que Ecuador sepa nuestros argumentos”, apuntó.
Con relación a la contrademanda ecuatoriana, una fuente de prensa de la CIJ explicó que los dos casos son “legalmente diferentes”, y en principio las audiencias de esta semana se concentran en las demandas mexicanas.
“Legalmente son dos casos diferentes en esa fase, son casos separados”, dijo. La Corte podrá más adelante, añadió la fuente, decidir fusionar las dos demandas.