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Cien kilómetos, solo cien kilómetros son capaces de arrebatar cientos de vidas.

“La Trocha de la Muerte”, el tramo entre Ciudad Bolívar y Quibdó.

(Photo by Colombia's Fire Department / AFP) / -

Medellín

Al tramo entre Ciudad Bolívar y Quibdó se le ha llamado como ‘La Trocha de la Muerte’. Y hay muchas razones. Los Farallones del Citará dan el aviso de que ya se está llegando a las selvas de la Cordillera Occidental de Colombia. Desde Ciudad Bolívar en adelante te adentras en una atmósfera de selva, lluvias y niebla, curvas cerradas, río y montañas. Los conductores le temen a esta Trocha de la Muerte.

El 2 de febrero del 2009 un bus, casi en la misma zona del deslizamiento actual, se fue al río Atrato y 39 personas fallecieron. El Invías fue condenado por este hecho. Una tragedia volvió a pasar. Medellín la sintió como suya porque en la ciudad viven más habitantes chocoanos que en el propio Quibdó. Para viajar al Chocó solo hay dos opciones, dice una mujer chocoana: un tiquete que puede costar hasta 500 mil o más o la Trocha de la Muerte.

Colombia la ha dado la espalda a su Pacífico Norte. Lo han maltratado de tantas formas posibles.

Una vía mejor. Tantos lo han dicho, tantos se han comprometido, pero no pasa nada. El personero de Medellín, William Vivas nació en Lloró, el pueblo donde más llueve en Colombia. A veces parece que esa lluvia es la metáfora de un dolor de olvido.

Cuatro presidentes, cuatro gobernadores, cuatro alcaldes y la vía sigue siendo una trocha. Si bien ha mejorado ciertos tramos, en el 2017 se anunció una inversión de 200 mil millones de pesos para mejorar los tramos más intransitables, incluyendo a El Diesiciete donde ocurrió el deslizamiento. La obra debía estar lista en el 2019.

El exgobernador de Antioquia recorrió en bicicleta desde el Carmen de Atrato hasta Quibdó y desde allí le entró la idea de proponer un túnel. Llegó a la Gobernación y con dineros del departamento se pagaron los estudios del diseño Fase 1 de ese túnel. Luego se le presentaron a los alcaldes del Carmen de Atrato y de Ciudad Bolívar, el 31 de diciembre del año pasado.

Hay una tensión entre conservar la riqueza natural y desarrollar proyectos.

A juzgar por las noticias parece que el Chocó solo da información de derrumbes y tomas armadas, pero el Chocó es más que una tragedia, es la ambivalencia del encanto y el dolor, es la alegoría de la historia de Colombia, el encanto y dolor.