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¿Por qué el pan es malo para el metabolismo? Expertos responden

Esto es lo que debe saber sobre los riesgos que conlleva consumir este producto en grandes cantidades.

Hombre sacando un pan de una canasta (Getty Images) / ipolonina

El pan es un alimento básico preparado a partir de una masa de harina y agua, que generalmente se cocina al hornearlo. Existen muchos tipos de pan, incluyendo el pan blanco, pan integral, pan de centeno, pan de masa madre, pan multigrano, baguette, pan de maíz, pan pita, entre otros. Cada tipo de pan tiene su propia textura, sabor y método de preparación distintivos, lo que los hace adecuados para diferentes usos culinarios y preferencias personales.

Tal como lo indica un artículo publicado por ‘Haz de Oros’ una marca líder de harina, “se cree que el primer pan fue preparado hace unos 9000 años en Egipto y se hizo principalmente con harina de trigo y cerveza. Desde entonces, el pan se ha convertido en un alimento básico en muchas partes del mundo y ha sido preparado de muchas maneras, utilizando diferentes tipos de harina y otros ingredientes”.

El pan es versátil y puede servir como base para sándwiches, acompañamiento para comidas o incluso como ingrediente principal en algunos platos. La variedad de tipos de pan disponibles permite a las personas disfrutar de una amplia gama de sabores y experiencias gastronómicas.

¿Por qué el pan es malo para el metabolismo?

El pan no es necesariamente ‘malo’, de acuerdo con un estudio publicado en ‘Journal of Pharmacy and Pharmacology’, seis expertos indican que este alimento representa una excelente fuente de carbohidratos complejos, que proporcionan al cuerpo la energía que necesita y desempeñan un papel importante en el equilibrio de los niveles de glucosa en la sangre, sin embargo, su impacto negativo en el metabolismo puede depender de varios factores que ellos mismos también explican:

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  • Gluten:

Si el gluten contenido en el pan es consumido exageradamente puede causar la enfermedad celíaca y producir síntomas como diarrea, pérdida de peso, desnutrición, anemia, trastornos psiquiátricos como irritabilidad y otros síntomas; lo cual creó la necesidad de producir pan sin gluten.

Sin embargo, Anne Lee, dietista registrada y profesora asistente de medicina nutricional en el Centro de Enfermedad Celíaca del Centro Médico de la Universidad de Columbia indica en un artículo que “por lo general, los productos sin gluten son más altos en grasa, más altos en azúcar, más altos en sal y más bajos en fibra, hierro y vitamina B”.

  • Alto contenido de carbohidratos refinados:

El pan blanco está hecho con harina refinada, la cual suele ser despojada de la mayor parte de su fibra y nutrientes, por ende, al digerirla se absorben rápidamente los carbohidratos que contiene, corriendo con el riesgo de provocar picos de azúcar en la sangre si se consume en exceso.

Los picos de azúcar en la sangre pueden desencadenar la producción de insulina, una hormona que ayuda a transportar el azúcar a las células. Sin embargo, el exceso de insulina puede provocar resistencia a la insulina, una condición que aumenta el riesgo de diabetes tipo 2, obesidad y enfermedades cardíacas.

  • Bajo contenido de fibra:

El pan blanco tiene un contenido de fibra muy bajo, lo que puede contribuir a la aparición de problemas digestivos, como estreñimiento y diarrea, no obstante, el pan integral y otros tipos de panes más saludables pueden tener un impacto menos negativo en el metabolismo debido a su menor índice glucémico y su mayor contenido de fibra.