Radio en vivo

Justicia

“El cinismo tiene rostro en un país que reclama la paz”: Carlos Camargo

Con esta frase el Defensor del Pueblo Carlos Camargo, se refirió a Antonio García máximo comandante del ELN quien aseguró que esta guerrilla no hace secuestros

Defensor del Pueblo, Carlos Camargo, y Antonio García, máximo comandante del ELN

Bogotá

“El cinismo tiene rostro en un país que reclama la paz. Cómo puede ser posible que el Ejército de Liberación Nacional, ELN, pretenda engañar a todo el pueblo colombiano con semejante afirmación”. Con esas palabras el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo, le respondió a Antonio García, máximo comandante del ELN quien aseguró que esta guerrilla no hace secuestros, hace prisioneros y retenidos.

Para Carlos Camargo estas declaraciones son desafortunadas y muy negativas y más cuando se adelanta el quinto ciclo de conversaciones de paz entre el Gobierno colombiano y el ELN en el que están abordando justamente el tema del secuestro.

Se les olvida que el ejemplo comienza en casa. Salir a publicar en redes sociales un exabrupto de tal naturaleza, no es otra cosa que querer jugar con el anhelo de paz de los colombianos”.

Leer más:

Para la Defensoría del Pueblo tanto el ELN como las demás estructuras armadas no deben vulnerar los derechos de la población civil ni ir en contravía del Derecho Internacional Humanitario.

Lo exigiremos las veces que sea necesario: el ELN tiene que renunciar al reclutamiento de niñas, niños y adolescentes; el reclutamiento es un crimen internacional, un crimen de guerra que no puede ser indultado y que amerita el más contundente de los rechazos por el enorme daño que causa a las víctimas y a la sociedad. Además, tiene que entregar inmediatamente a los menores de edad que integran sus filas, también tiene que dejar de secuestrar, así como dejar en libertad a las personas que tiene en su poder”. Aseguró el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo.

Para esta entidad la paz solamente será una realidad en Colombia si hay la voluntad para negociar y renunciar a las prácticas abominables, de las que están hastiados los colombianos.