¿El monstruo del lago Ness nadó en los mares que cubrían Boyacá?
Conozca la increíble de una criatura que habitó en las profundas aguas de lo que hoy conocemos como Villa de Leyva
Existen leyendas urbanas con la capacidad de transcender generaciones y fronteras. Mitos populares que logran cautivar a los seres humanos durante siglos. Enigmas que salen de la tradición de pequeñas localidades para volverse parte de la cultura popular.
Una de estas leyendas que parece no tener caducidad y continúa encantando a ciudadanos en todas partes del mundo: es la del monstruo de lago Ness. Una criatura mitológica que, supuestamente, se esconde bajo las profundas aguas de una laguna al norte de Escocia desde hace cientos de años.
Desde 1868 se han conocido descripciones y supuestos avistamientos de un “pez enorme” que habita en las highlands escocesas. Avistamientos que se han extendido hasta la actualidad, fecha en la que se adelanta una búsqueda del monstruo con más de 100 voluntarios, con la ayuda de un submarino y drones.
Nessie en Boyacá
Sin embargo, en los últimos días se ha extendido un rumor frente a la posibilidad que una criatura de estas mismas características nadara en los mares que cubrían el actual departamento de Boyacá.
El Servicio Geológico Colombiano (SGC) aseguró que si bien, el monstruo del lago Ness, no habitó en las profundas aguas que antes cubrían la meseta en la que se ubica Boyacá, si lo hizo un reptil marino muy parecido al de la leyenda.
El callawayasaurus coloensis, cuyos fósiles se pueden apreciar en el Museo Geológico Nacional ‘José Royo y Gómez’ de Bogotá, fue un dinosaurio que habitó estas tierras del maíz hace unos 121 millones de años.
Dinosaurios marinos de ruana
Este reptil marino, que hace parte del grupo de plesiosaurios, que se hallaron en la década de los cuarenta, tal como lo señaló el SGC, medía 8 metros de longitud y tres metros de diámetro, tamaño similar al de un bus escolar.
Este increíble dinosaurio que vivió, donde actualmente se encuentra Villa de Leyva, se alimentaba de “peces más pequeños, amonitas y bivalvos” con los que mantenía sus cuatro toneladas de peso.