Radio en vivo

6AM Hoy por Hoy

Programas

Editorial de Gustavo Gómez: Sensatez y justicia

Anoche me escribió mucha gente y casi todos en el mismo sentido que quiero resumir con la frase de uno de ellos: “Gustavo, ¡qué semanita la que te espera!”. Me quedé pensando y, sí, qué semanita la que nos espera a los Gustavos… y a las Lauras, a los armandos, a los Carlos, a las Amalias, a los pedros, a las Marcelas, a los John Jairos, a las Adrianas, a los Juanchos y a las Damarys. A todos.

Editorial de Gustavo Gómez: Sensatez y justicia

Una semana, unos meses y probablemente unos años muy agitados en los que tenemos la inmensa responsabilidad de aquietar las pasiones, moderar los afanes y aplacar los calores. El país vive un momento nada fácil, repleto de declaraciones, audios, cañonazos, acusaciones, señalamientos, puñaladas traperas, deslealtades, verdades colindantes con la mentiras y falsedades disfrazadas de realidad.

Y, como en tantas ocasiones de nuestra historia, estamos rodeados por los tiburones de los intereses políticos, dispuestos a destrozar lo que se les pase por delante con sus mandíbulas. Hoy, como nunca antes en los últimos tiempos, necesitamos analizar las cosas con mesura, no tragar entero los platillos que nos sirven los largos brazos de las agendas, interpretar con astucia y saber sacar del lodo las brillantes verdades.

Gran responsabilidad tiene el periodismo de informar con apego al equilibrio y la certeza. Pero también responsabilidad enorme la de los colombianos, dentro y fuera de redes sociales, de no dejarse tentar por la calentura.

Que todo se sepa y quede sobre la mesa. Y que la información debidamente probada y sustentada pase por el canal adecuado de la autoridad y la justicia para que sepamos qué pasó, qué es y qué no es, y quiénes deben responder.

El país debe ser inteligente. El país debe ser juicioso. El país debe ser justo. El país debe exhibir cordura. Todo lo que destruyamos impulsados por el afán y la necedad, tardará décadas en reconstruirse. Las hojas del bosque crujen en año electoral y hay más de uno con los fósforos listos para encendernos y abrasarnos.

Sensatez y justicia. No necesitamos más para salir delante de esta prueba que se nos pone por delante. Que todo se sepa, que todo se castigue o se premie. Y que todo sea en beneficio de una nación que no podemos coger a piedra solo por ardores malsanos que pueden reducirnos a cenizas. Porque lo del Ave Fénix es pura mitología: a veces de las cenizas solo resurgen odios y malquerencias que no vamos a sanar nunca. Los invito a sentir con el corazón, pero obrar con la cabeza.