Fenómeno de El Niño: ¿cuáles son las posibilidades de un racionamiento?
Expertos analizaron cómo está el país en generación de energía, los riesgos de racionamiento y la capacidad de respuesta que tiene el país para evitar un apagón
Fenómeno de El Niño, ¿cuáles son las posibilidades de un racionamiento?
En Hora20 nos alejamos de los hechos del día para hablar de un tema que empieza a tomar fuerza: las posibilidades de un racionamiento ante el fenómeno de El Niño que llegará en las próximas semanas. Se habló de los riesgos que tiene el país, de lo que significa un eventual racionamiento y de las capacidades de respuesta ante la puesta en marcha de proyectos eólicos, Hidroituango y la existencia de las generadoras térmicas como una opción. También se analizaron las eventuales soluciones y lo que se necesita para enfrentar lo que viene en los próximos meses.
La posibilidad de un nuevo racionamiento en el país vuelve tras cerca de seis años de la última alerta que se encendió en medio del fenómeno de El Niño entre 2015 y 2016, ahora con 15 por ciento más de capacidad en la generación de energía. Este fenómeno que tiene un 90 por ciento de probabilidad que llegue a partir de julio, significaría una reducción de lluvias entre el 10 y el 40 por ciento, con lo cual, se vería directamente afectada la generación de energía en el país, pues el 66 por ciento viene de las 150 hidroeléctricas y a menos lluvias, menos niveles en los embalses y menor capacidad de generación. Según el último reporte de XM, el nivel de los embalses estaba en un 58,9 por ciento en las reservas hídricas.
El gobierno por ahora ha descartado un escenario de racionamiento, pues precisamente apuntan que para esta época esperaban un nivel del 46 por ciento en los embalses, cuando realmente está en el 59. La ministra Vélez también asegura que la matriz del país podría responder a la demanda ante un escenario de estrés climático como es El Niño. Sin embargo, alertó que sí se podría dar un aumento en las tarifas de energía, pero que el cargo por confiabilidad que se paga en la factura desde 2006 y que tiene un acumulado de $68 billones podrían cubrir la diferencia entre el precio real y el precio por escasez. De otro lado, el ministerio ha dicho que se están preparando, que se está identificando el abastecimiento de carbón y gas parta las térmicas y mantenimientos previos.
En ese sentido, las centrales termoeléctricas que representan un 32 por ciento en la generación de energía, cumplirán un papel relevante a la hora de no contar con la suficiente generación a través de fuentes hídricas, con lo cual, se necesitaría contar con gas y carbón para que cubran las necesidades que se tengan en ese momento. Por otro lado, está el rol que deben cumplir proyectos como Hidroituango y los parques eólicos de La Guajira, pue se esperaba que a la fecha aportaran cerca de 4 mil megavatios, sin embargo, solo han entrado en funcionamiento 600 de Hidroituango, aunque se espera que antes de noviembre entre a funcionar las unidades 3 y 4, con lo cual se aumentaría la capacidad de generación. Mientras tanto, cerca de 70 proyectos de energía renovables tienen demoras en un 65 por ciento por trámites pendientes.
Lo que dicen los panelistas
Natalia Gutiérrez, presidente Acolgen, señaló que el país cuenta con un diseño de mercado robusto que provee señales de confiabilidad desde la regulación y que han permitido tener un abastecimiento seguro los últimos 30 años, “aquí lo importante es estar muy alerta porque no sabemos de qué intensidad ni que tan largo o pronunciado pueda ser el fenómeno del Niño. Aunque las condiciones están dadas para atender situaciones como estas, nada puede fallar y el sistema se estresa”.
Resaltó que el país tiene cerca de 3 mil megas de energía atrasadas que debieron haber entrado en los últimos tres años y no lo han hecho, “entonces le hacemos un llamado al gobierno para que haga un balance de energía actual”, además, dijo que se debe trabajar en los tiempos de los mantenimientos, que haya gas, líquidos y carbón.
Para Sandra Fonseca, directora ejecutiva de Asoenergía, exdirectora de la Creg, la llegada de un niño significa que toca utilizar el portafolio existente y por lo que se ha pagado, “aunque tengamos reservas del 60% en los embalses, estos se pueden desocupar en términos de 3 o 4 meses si no vuelve a llover; esto significa que toca tener toda la disponibilidad de gas, carbón, de líquidos que hoy se tienen en cuenta en los cálculos de la energía firme”. Por otro lado, comentó que el sistema del país tiene un balance muy inestable, “cuando uno mira hoy, ve que en un día ordinario la demanda es de 225 kWh, realmente nosotros tenemos en energía firme alrededor de 227 kWh, es decir hay un margen muy pequeño”.
Sobre los costos, señaló que los precios de bolsa hoy están cerrando a $685 pesos por kWh, cuando a inicio de mes estaban en $436 pesos, “claramente ya hay un impacto en los precios de bolsa y de contrato y va a haber un impacto si se llega a un precio de escasez que es en el momento en que se hacen exigibles las obligaciones”, además, afirmó que los precios van a subir y seguir subiendo.
Tomás González, exministro de Minas y director del Centro Regional de Estudios de Energía, explicó que en Colombia ¾ partes de la energía se produce con agua y cuando hay Niño deja de llover y cuando esto pasa se puede generar menos energía con agua, “el problema es que el sistema está diseñado para pasar estos momentos críticos, pero en la práctica se le pone mucha presión. Todo tiene que funcionar bien y en Niños anteriores hemos visto es que también se pueden presentar otras contingencias que no sea relacionado con la lluvia”. También aseguró que este es un momento de coordinación entre empresas y gobierno, pero afirma que este no es el momento con las mejores condiciones para que se dé el diálogo, “uno no siente que hay mucha desconfianza por parte del gobierno, hay enorme preocupación por el tema de las tarifas, ha habido amenazas de intervención”.
Reconoció que la demanda y oferta ha ido subiendo, “seguimos siendo predominantemente dependientes de energías renovables pero lo cierto es que el sistema si cambió y si mejoró”, de hecho, dijo que con todo lo que pasó en el Niño 2015 y 2016, no nos apagamos, “ese es el mejor testimonio de que el sistema puede aguantar”.
Juan Ricardo Ortega, presidente del Grupo de Energía de Bogotá, planteó que se está analizando el panorama desde el punto de vista de TGI, que es todo el transporte de gas, “hay la capacidad desde el punto de vista de infraestructura para abastecer toda la operación del parque termoeléctrico del país”. También señaló que hay ventajas como la conexión entre la costa y el interior que permite que todo el gas en la costa norte ya podría tener acceso al interior del país. Aseguró que no cree que exista un escenario de racionamiento, “la pregunta grande es la intensidad del fenómeno del Niño, no creo que tengamos ninguna forma de predecir cómo va a ser la intensidad”.
Resaltó que el país no ha sido capaz de construir la infraestructura necesaria, “el cambio más importante es que el crecimiento de la oferta que iba a ser más robusto, como iba a tener esas eólicas y solares que no sufrían con el Niño”. De hecho, explicó que el GEB es el responsable de una de las líneas más importantes que es Colectora, que debió haber estado en el 2022, “no estuvo ni va a estar ni este ni el próximo año. Ahí hubo un manejo difícil con las comunidades”, afirmó.