Editorial de Gustavo Gómez: ¿Quieren que el periodista se vuelva encubridor?

La virtud del periodista es la curiosidad, que se despliega en doble faz: afán de averiguar la verdad y afán de comunicarla. No es la discreción la virtud cardinal del periodista.

El periodista no es funcionario de nadie, de ninguna bandería. Solo lo obliga la verdad. Sucede que el periodista no es pastor ni promotor ni palafrenero. No es su misión apacentar ovejas, ni llevarlas al redil. No es su oficio predicar la buena nueva, ni pronunciar homilías para mantener, unida, la grey.

Tampoco es heraldo de las supremas virtudes del príncipe y del sistema. No tiene por oficio las relaciones públicas. Ni es su tarea tenerle el estribo al señor presidente, como tampoco ponerle la jáquima a su caballo.

Palabras de Alberto Aguirre que hago mías, en este, el día del periodista.