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Padres, responsables por muerte de su hija obesa

La joven falleció en su habitación y tenía apenas 16 años.

Justicia. Foto: Getty Images

La justicia del Reino Unido determinó el martes 7 de febrero que los padres de Kaylea Titford son culpables de su muerte, pues, según las autoridades, la pareja fue negligente y no la cuidó, ni estuvieron pendientes de ella. Todo esto ocurrió pese a que la joven pesaba 146 kilos, por lo que, según la justicia, la pequeña necesitaba atención constante para tener calidad de vida. Sin embargo, esta por ahora es la postura del ente acusador, por lo que en marzo se dictará la sentencia y se determinará si los padres tendrán una sanción penal, como lo puede ser terminar en la cárcel.

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Este caso ha tenido un largo proceso judicial, que comenzó tras la muerte de la joven en octubre del 2020. En medio de este, las autoridades encontraron evidencia suficiente para realizar la declaración de culpabilidad de los dos padres. Ahora bien, el delito por el que son acusados es por homicidio involuntario.

La investigación judicial se dio luego de que un grupo de servicios de emergencia asistiera a la casa de Kaylea el pasado 10 de octubre del 2020, pues habían sospechas de que pasaba algo extraño en el lugar. De esta manera, el grupo de servicio de emergencia determinó que había un fuerte olor que provenía de la habitación de la joven. Tras ingresar al dormitorio encontraron el cuerpo de la pequeña y, además, evidenciaron que estaba rodeado de una enorme cantidad de gusanos. Esta fue prueba suficiente para que los padres fueran considerados los principales sospechosos de la muerte de Kaylea Titford al ser negligentes en relación con su cuidado y bienestar.

Asimismo, en medio de la investigación se encontró que la joven desde el año 2017 no asistía a un centro de salud, por lo que hasta el día de su muerte pasó casi tres años sin atención médica. De igual forma, la muerte y obesidad de la pequeña estaría relacionada con la poca actividad física que realizaba, pues durante toda la pandemia no se levantó de su cama, es decir, por casi un año. El argumento principal para que no se movilizara era el hecho de que su silla de ruedas no le quedaba, debido a que había aumentado de peso.

Por otra parte, medicina legal al analizar el cuerpo de la joven concluyó que falleció por causa de una inflamación y una infección en la úlcera, síntomas que se relacionan con su peso y poca actividad física.

Ante los señalamientos de la justicia del Reino Unido, su madre Sarah Lloyd-Jones aceptó la culpabilidad por la muerte de su hija, al indicar que fue negligente en su cuidado. La mujer aceptó los cargos durante el 2022, mientras que su pareja y padre de la pequeña decidió no aceptarlos.

Tras más de dos años de la muerte de la pequeña, este martes 7 de febrero el hombre indicó que los motivos por los que no estuvo al tanto de la salud de su hija se relacionan con “pereza”. Luego de esto y varias horas de juicio, el ente acusador declaró a la pareja como culpable y el próximo 1 de marzo se dará la sentencia.