Hasta cinco días deben esperar migrantes para poder cruzar el Golfo de Urabá
Aunque principalmente hay venezolanos, también hay presencia de ecuatorianos, colombianos, haitianos y asiáticos.
Necoclí, Antioquia
Esperar, pasar el tiempo, rebuscar algunos pesos, cuidar a los niños, comprar algunas botas, intentar conseguir tiquetes, buscar un hospedaje; ese es parte del panorama que hay en Necoclí en medio de está nueva ola migratoria desde Suramérica hacia Norteamérica y que tiene un represamiento de hasta 10 mil personas en Necoclí, un pequeño pueblo costero del departamento de Antioquia.
Pese a que no es la primera vez que se habla de una crisis migratoria en Necoclí, sí es la primera vez que la mayoría son venezolanos, quienes no solo salieron de su país de origen, sino que también vienen de otros países de dónde residieron en los últimos años como Ecuador, Perú y ciudades colombianas.
“Tengo una niña de tres meses, otros compañeros que también vienen con sus niños, también nos da miedo, pero toca seguir adelante, tener los medicamentos y protegerlos en este viaje”, señaló un migrante venezolano, que completó cinco días en Necoclí.
Una de las grandes diferencias es que se ven más niños, incluso de meses de nacidos entre las familias venezolanas, que las familias de Haití, que años atrás viajaban por el Darién, pero que no llegaban con tantos menores de edad.
“Compramos cocina que son pequeñas, machetes, las carpas, las colchonetas, botas, medias largas, sopas instantáneas”, es lo que adquieren, en unos denominados kits, para cruzar la frontera entre Colombia y Panamá, en la selva del Darién.
Los tiquetes se están vendiendo con cinco a seis días de demora, lo que hace que quienes llegan a este punto, deban esperar hasta una semana para poder partir.