Oficios que se extinguen
Cómo la cuarta revolución industrial reconfigura el mundo del trabajo.
Es bien conocido que algunos oficios legendarios desaparecieron con el advenimiento de la era digital. El cartero en bicicleta, la operadora telefónica y el técnico de revelado de fotos son unos buenos ejemplos. Incluso hay oficios que desaparecieron mucho antes, y la culpa no puede endilgarse a las tecnologías digitales, sino a la evolución de los modelos de negocio, como los zapateros de barrio, la costurera o el repartidor de leche. Pero la cuarta revolución industrial parece que quiere amplia sensiblemente la lista de oficios en vías de extinción y, según señalan diversos estudios, en algún momento del futuro cercano no será posible trabajar como conductor de vehículos, relojero o corredor de bolsa. Estas tareas estarán a cargo, tarde o temprano, de robots especializados, que no se fatigan, no cobran cesantías y trabajan 24 horas al día sin afiliarse al sindicato.
El informe de Dell "The next era of human machine partnerships" advierte que el 85 por ciento de los empleos que estarán disponibles en el año 2030 no se han inventado. Suena exagerado, pero se trata de un estudio riguroso sobre el impacto de las tecnologías emergentes en la sociedad y el empleo para la siguiente década, realizado por investigadores del Instituto para el futuro, con sede en California. Un informe de McKinsey Global Institute es menos dramático y calcula que la mitad de todos los empleos estarían automatizados en 2055.
Numerosos grupos de expertos han señalado riesgos similares. El Banco de Inglaterra publicó el año pasado un estudio que estima en 15 millones el número de empleos que se perderán como resultado de la automatización.
El sector de servicios parece el más afectado. Con el incremento del comercio electrónico, el número de empleos en tiendas físicas tiende a disminuir, según cifras que recopiló Bloomberg para el caso de Estados Unidos. De los diez subsectores económicos con mayor pérdida de empleo desde el año 2017, cuatro pertenecen al sector del comercio minorista: grandes almacenes, tiendas de artículos deportivos, tiendas de electrónica y tiendas de ropa.
Numerosos oficios seguirán existiendo, pero probablemente el 60 por ciento de las tareas que en ellos se realizan son susceptibles de automatizar. El periodismo es un buen ejemplo. No habrá robots investigando casos de corrupción, editando portales de análisis económico o redactando maravillosas crónicas de viajes. Pero la redacción de las noticias del día se podrá encargar a bots capaces de extraer la información de las fuentes digitales, y confeccionar los párrafos basados en el clásico esquema de la pirámide invertida, tan utilizado en el periodismo a lo largo de la historia. De hecho, ya está ocurriendo. Microsoft implementó botos para su portal MSN News, y varios medios de comunicación en el mundo disponen de bots para atender consultas de los lectores.
Asimismo, los maestros no desaparecerán de las escuelas, pero se apoyarán cada vez más en tecnología para liberarse de tareas engorrosas y repetitivas. La Oficina de estadísticas laborales de Estados Unidos identificó hace poco 27 de los empleos condenados a la extinción. Menciona a los cocineros de comida rápida, porque al menos el 80 por ciento de los procesos en este tipo de restaurantes son fácilmente automatizables, según estudio de la Universidad de Oxford.
Los conductores de autos podrían desaparecer, una vez se haga realidad la quimera de automóviles que se conducen solos. No falta tanto para que ese día llegue, porque Google, Uber, Tesla, Volvo entre muchas otras compañías avanzan en el desarrollo de esta tecnología y ya han logrado poner a rodar pequeñas flotas experimentales en ciudades de ambiente controlado.
Las cajeras de los supermercados podrían desaparecer, con la automatización de los puntos de pago. Ya hay máquinas de auto pago en Home Center en Colombia y varias otras grandes superficies tienen planes de implementarlas en el corto plazo.
Las agencias de viajes, como las conocimos hasta una década atrás, con oficinas a las que uno iba para comprar tiquetes aéreos, están en su última etapa. Se han transformado en negocios mayoritariamente en línea y, por tanto, requieren menos personal. Decenas de miles de agencias de viaje en todo el mundo cerraron durante el presente siglo reemplazadas por negocios tipo despegar.com.
No todo serán robots y algoritmos en el mundo laboral del futuro. Nuevos oficios desempeñados por humanos toman cada vez mayor auge. Programadores y desarrolladores de software, especialistas en Inteligencia Artificial, ingenieros de telecomunicaciones, científicos de datos, expertos en negocios digitales y especialistas en energías renovables son algunos de los más en boga por estos días.
El mejor camino para sobrevivir en el futuro que ya es casi presente es reconvertir las capacidades profesionales, para adaptarse a la era digital. Pero no todos los sectores de la sociedad están en condiciones de hacerlo, debido a las brechas existentes en el acceso a la educación.