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San Andrés y Providencia

Carpas, el refugio para los habitantes de Providencia

Han pasado 8 días del paso del huracán IOTA por la isla de San Andrés y Providencia y, pese a la incomodidad, agradecen tener una carpa para dormir.

Carpas, el refugio para los habitantes de Providencia

Este domingo se cumplen ocho días del golpe del huracán IOTA en Providencia y San Andrés. A esta hora del 15 de noviembre, sus habitantes estaban aún resguardados y no sabían la devastación que IOTA les había causado.

Duetalieris se refugió con su familia debajo de la casa y le tomó dos días llegar a un punto donde les brindaron atención y les dieron una carpa para que pasaran las noches.

''Esperamos como dos días para poder llegar hasta acá. Llegó la Defensa Civil nos organizó unas carpas para poder dormir dignamente, no es lo más cómodo del mundo, pero nos ha ayudado bastante'', contó.

El huracán dejó al 98% de los habitantes de Providencia sin casa y por eso ahora, pese a la incomodidad, duermen en una carpa hasta cinco personas.

''Perdimos paredes y techo también, gran parte de la casa se perdió. Gracias a Dios estamos albergados aquí. Pues dormir en las carpas es pasar las noches con mucho calor, pero tenemos que adaptarnos'', relató.

El miedo al contagio de COVID-19 pasó a un segundo plano, porque la solidaridad por la pérdida de sus hogares hace que las carpas reúnan a varios sin estar pendientes del virus.

''También estamos corriendo del COVID-19, pero no vamos a decirles que no entren a la carpa y como muchos se han ido de la isla porque tienen esa facilidad pues ahí vamos'', dijo.

Para los niños, el estar durmiendo en una carpa es una aventura, su inocencia hace que piensen que están de camping, pero a sus padres les duele no poder tener un techo seguro, porque ahora pasan la noche a la intemperie.

''También la incertidumbre de si llueve, una brisa, pues con todo lo que ha pasado hay muchas dudas de dormir en la intemperie. Uno siempre estaba acostumbrado a su colchón, a la seguridad de estar encerrados, con un abanico, luz y más cuando tienes niños pequeños'', señaló.

En medio de la difícil situación agradecen al menos tener un techo, esta vez de tela, donde se han resguardado estos días. La única ilusión es volver a tener sus casas y seguir adelante al lado de las familias, porque están vivos y la unión de la comunidad de Providencia hará posible construir de nuevo sus hogares.