El<strong> despegue</strong> transcurrió con normalidad y, un cuarto de hora después del lanzamiento, la cápsula se separó sin <strong>problemas del cohete Atlas V</strong> en el que iba subida.Pero los motores de la cápsula no se encendieron según lo previsto y ésta no pudo situarse en la buena trayectoria para dirigirse hacia la <strong>ISS</strong>, que vuela en órbita terrestre a unos<strong> 400 km</strong> de altitud.El fallo provocó que<strong> Starliner</strong> consumiera demasiado carburante para intentar corregir su posición automáticamente, por lo que ya no puede cumplir su misión.La<strong> Nasa</strong> decidió por tanto traer de vuelta la nave a la Tierra. <strong>Starliner</strong> aterrizará en <strong>Nuevo México</strong>, en el oeste de <strong>Estados Unidos</strong>, en las próximas 48 horas, indicó un dirigente de Boeing durante una rueda de prensa en el <strong>centro espacial Kennedy.</strong>Esta prueba del <strong>CST-100 Starliner,</strong> nombre oficial de la nave construida por Boeing, era determinante para la mancillada reputación del gigante aeroespacial, empañada por los problemas de su avión <strong>737 MAX</strong>, pero también para el orgullo nacional estadounidense.Desde que retiró el <strong>Space Shuttle</strong>, tras 30 años de servicio, el transporte de astronautas de <strong>Estados Unidos</strong> a la ISS lo realizan los cohetes rusos Soyuz, una dependencia de la que <strong>Washington</strong> quiere librarse, aunque la cooperación espacial entre los dos países se ha mantenido en excelentes términos a lo largo de los años.El jefe de la <strong>Nasa</strong>, <strong>Jim Bridenstine</strong>, trató de quitarle hierro a lo ocurrido, destacando que, a pesar de "los desafíos evidentes", todo había sido "muy positivo en general".El aparato está en buen estado y bajo control, la experiencia ha sido útil y ningún astronauta habría estado en peligro, añadió.<strong>Bridenstine</strong> ni siquiera descartó que la primera misión tripulada de Starliner, prevista para inicios de 2020, pudiera tener lugar.<em><strong>La solución SpaceX </strong></em>El fracaso llegó por una anomalía en el contador de<strong> "tiempo transcurrido"</strong> de la misión. Al tener una hora errónea, la cápsula no se impulsó con sus motores en el momento en que debía hacerlo, poco después de separarse del cohete.Cuando las salas de control de <strong>Boeing</strong> y de la <strong>Nasa</strong> intentaron corregir ese problema manualmente, <strong>Starliner</strong> no podía recibir la señal porque se encontraba entre dos satélites de comunicación.Y tras retomar el control de la nave, los equipos de la compañía y de la agencia espacial estadounidense consideraron que no quedaba bastante combustible para seguir adelante e intentar acoplar la cápsula a la <strong>ISS.</strong><strong>Nicole Mann</strong>, una de las tres personas que deben participar en la <strong>primera misión tripulada de la Nasa</strong>, dio a entender que la misión se habría llevado a cabo si hubiera tenido astronautas a bordo. "Habríamos podido provocar ese empuje manualmente", dijo.