Por alguna razón, las residencias oficiales de la familia real británica sacan a relucir lo peor de las celebridades cuando reciben una invitación para asistir a un evento en alguno de esos palacios: quien más y quien menos siente de repente unas ganas terribles de saltarse las normas colándose donde no debe, <strong>fumando o haciéndose con algún souvenir.</strong>A principios del pasado mes de octubre <a title="Camila Cabello" href="https://caracol.com.co/tag/camila_cabello/a/" target="_blank">Camila Cabello</a> tuvo la oportunidad de acompañar al príncipe Guillermo y a su esposa Catalina durante la recepción que <strong>habían organizado en Kensington</strong> para conocer a los diez jóvenes que habían sido reconocidos por sus historias inspiradoras y su dedicación a ayudar a otros en unos premios que entrega anualmente la BBC Radio 1.Por norma general, la cantante suele comportarse de tal manera que los padres de sus fans más jóvenes la consideran un gran ejemplo a seguir -<strong>Camila no se prodiga en la escena nocturna ni utiliza expresiones malsonantes en sus canciones</strong>-, pero al igual que le ha sucedido a otras estrellas antes que a ella, ese escenario le hizo olvidarse momentáneamente de sus buenos modelos.En su defensa, otro de los presentes -el locutor de radio Greg James- se encargó de provocarla retándola a que robara cualquier objeto que tuviera a su alcance para llevárselo como recuerdo.