El <strong>gobernador de Cundinamarca,</strong> Jorge Rey , se refirió a la emergencia que se presenta por el<strong> cierre de este corredor vial</strong>, que hasta el momento deja pérdidas por más de <strong>$50.000 millones</strong> y en las próximas horas impactará en la canasta familiar con un incremento <strong>entre el 20% y 30%</strong> del valor en <strong>productos como plátano y yuca, que ingresan por este corredor.</strong>“Tenemos que decirle al país que la vía Bogotá – Villavicencio es tierra de nadie, es tierra de desesperanza, no es posible que a la fecha <strong>no existan obras de estabilización</strong> para evitar que las lluvias afecten este corredor y se reduzcan los cierres.<strong> Lo contingente se volvió permanente</strong>”.El mandatario departamental manifestó con <strong>preocupación</strong> que en el nuevo <strong>contrato de concesión con Coviandina,</strong> que arrancará el 1° de enero de 2019, no están consideradas las obras de infraestructura requeridas, lo que significa que continuarán los cierres prolongados en época de lluvias, motivo por el cual se realizará una reunión con el <strong>Ministerio de Transporte</strong>, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres y la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), con el fin de <strong>evaluar cuándo empezarán a ser removidos los taponamientos</strong> en este importante corredor.“Definitivamente, el Ministerio de Transporte tiene que insistir en la <strong>reestructuración</strong> del contrato de <strong>concesión</strong> que firmó para este tramo; si no se incluyen las obras de estabilización, la historia que hemos vivido durante los últimos 20 años va a ser la misma para las próximas décadas. <strong>Los municipios del Meta quedarán incomunicados,</strong> así como gran parte de la población del oriente cundinamarqués que continuará sufriendo por la <strong>falta de previsión</strong>”, agregó Rey.Luego de adelantar un consejo extraordinario de gestión del riesgo por más de 3 horas, este es el diagnóstico de las principales emergencias en el oriente de Cundinamarca:<strong>Guayabetal</strong>: afectación de <strong>24</strong> <strong>acueductos</strong>, <strong>17 veredas</strong> están incomunicadas, <strong>206 familias evacuadas</strong>, <strong>16</strong> con <strong>pérdida total de sus viviendas</strong> y <strong>75</strong> más se encuentran en <strong>grave riesgo.</strong> La localidad se encuentra <strong>sin agua, gas y luz</strong> en gran parte del territorio.<strong>Chipaque</strong>: <strong>17 vías terciarias incomunicadas</strong> por pérdida de la bancada, <strong>20 familias afectadas y evacuadas.</strong> Productores agrícolas de la región damnificados por dificultad para sacar sus productos.<strong>Choachí</strong>: vías que comunican al municipio con otros de la región se encuentran <strong>parcialmente incomunicados</strong> por <strong>deslizamientos de tierra y caída de rocas</strong>. La economía del territorio en riesgo por traslado de alimentos de manera intermitente. El corredor vial con Bogotá está con p<strong>aso restringido con manejo de tráfico de la concesión perimetral de oriente.</strong> De esta emergencia se afectan también los municipios de <strong>Fómeque y Ubaque.</strong>