Internacional

Incremento de venezolanos deterioran nivel de vida en la frontera

Hay más desempleo e inseguridad, entre otros problemas, según dirigentes y habitantes en Cúcuta.

(Getty Images)

El deterioro de la vida social, comercial y política para los habitantes en la zona de frontera se puede evidenciar en el aumento de los problemas que tiene hoy esa zona limítrofe, que compromete 117 kilómetros y que ha desmejorado ostensiblemente la calidad de vida de los cucuteños especialmente.

Aunque la relación entre los dos países hoy está unida a solo seis pasos peatonales, más allá de esto el flujo migratorio proveniente del vecino país ha terminado por generar una cadena de problemas que tienen en alerta a las autoridades de Cúcuta y Norte de Santander, por la poca capacidad de respuesta para responder a la magnitud de lo que se vive hoy y que se ha convertido en una “bomba de tiempo”.

COMERCIO:

La crisis política que se desencadenó en Venezuela ha generado toda clase de coletazos en la actividad económica de la región, pues según la Cámara de Comercio de Cúcuta, se rompió la cadena productiva que en un intercambio binacional se mantenía y que beneficiaba sectores como plásticos, polietileno, aluminio, hierro, acero, combustible, víveres, y repuestos, textil, farmacéutico y sector automotriz, y que mediante esta dinámica generaba ingresos por más de 7.500 millones de dólares al año.

El desplome político del Gobierno, la caída de la divisa y el distanciamiento de los países por la coyuntura interna, terminó afectando la economía local y regional y cambiando toda la dinámica de la vida social y comercial de esta área fronteriza que durante muchos años se movía alrededor de estos procesos, unido al contrabando que por mucho tiempo fue una actividad que también derivó ingresos pese a la ilegalidad, pero que se mantenía como “una cultura” dentro de la idiosincrasia de los cucuteños y venezolanos en su momento y que ahora entró a combatirse de manera frontal, desencadenando problemas de violencia como también la confrontación entre los diferentes actores responsables de moverse por los pasos ilegales en ese comercio ilegal de productos.

En lo que va corrido del presente año, según las cifras de esta entidad gremial, la disminución del registro mercantil de empresas es notorio. Por lo menos 1.500 de ellas no lo hicieron mostrando como decrece la económica local, y regional y como la informalidad ha venido ganando el mayor espacio en la ciudad alcanzando, según el DANE, una cifra del 70%.

El impacto económico se mide en el descenso de actividades en sectores como hoteles y restaurantes, salud, servicios, minero, manufacturas, construcción y comercio, entre otros.

EMPLEO:

Desde que se produjo el cierre fronterizo, el masivo movimiento migratorio peatonal de venezolanos y colombianos ha generado niveles más altos de desempleo. Según el DANE, durante los últimos años esta ciudad siempre está entre los primeros tres lugares de desocupación con tasas de entre el 15% y el 18%.

Los factores de la crisis laboral están unidos a hechos como la poca capacidad de generación laboral que tiene la ciudad por la carencia de un modelo empresarial propio, las mayores actividades de ocupación se generan desde las entidades públicas y no hay una política para poder generar esa oferta de mano de obra, solo empleos temporales que no reducen en nada las escandalosas cifras que han venido acompañando a la ciudad durante un tiempo muy largo.

A esto se suma que ante la “superpoblación” que tiene Cúcuta, derivada de la población venezolana, según directivos de la Central Unitaria de Trabajadores CUT, hoy la mano de obra proveniente del vecino país está desplazando a la población local por el bajo nivel de costos en una coyuntura donde el empresariado ha tenido que apretarse el cinturón a la fuerza sumando a que la crisis de los hogares ha reducido toda la capacidad de compra en bienes y servicios.

En una encuesta empresarial realizada recientemente por el comité de competitividad, el 29% de los empresarios que han tomado la posibilidad de contratar venezolanos argumentan una situación humanitaria. A esto se suma que este panorama trae consigo demandas de atención que en salud alcanzan un 127% y en educación más de un millón y medio de niños y jóvenes que están siendo atendidos en colegios de Cúcuta y el área metropolitana.

Todos estos ingredientes sociales tienen a la ciudad ubicada, en los últimos cinco años, en el quinto lugar de pobreza monetaria con un 33.4% por debajo de ciudades como Quibdó, Riohacha, Valledupar, Santa Marta y Florencia.

SEGURIDAD:

Uno de los aspectos que más se ha deteriorado en Cúcuta y el área metropolitana ha sido el de la seguridad.

La vulnerabilidad del paso peatonal sin mayores controles permite el paso descontrolado de personas y algunas de ellas han llegado a delinquir, otras a disputarse el territorio fronterizo para actos delictivos, especialmente entre Villa del Rosario y San Antonio del Táchira. Llegan por quince trochas que están ubicadas en este espacio territorial.

Los hechos que en las últimas semanas han marcado esa situación de violencia son 13 balaceras debajo del Puente Internacional Simón Bolívar que, según autoridades policiales y militares, han cobrado la vida de cinco personas y han dejado tres heridos.

Según el Comando de la Región Cinco de Policía, en esa zona se disputan las áreas colectivos chavistas conocidos como Fuerzas Bolivarianas de Liberación asociadas al Eln y las Farc y la organización paramilitar denominada “La Frontera” quienes realizan actividades extorsivas en la línea divisoria por donde se mueve el contrabando.

Esto es lo que ocurre en la zona limítrofe en el área de tránsito entre los dos países, pero internamente en la ciudad de Cúcuta los venezolanos han aumentado la comisión de delitos como homicidios, extorsiones, hurto, y microtráfico. En el 2015 fueron capturados tan solo 57, en el 2016, 235 y en el 2017 van 425 que han sido judicializados por estas modalidades delictivas, elevándose en un 155% el aumento de las acciones de inseguridad en manos de los extranjeros según la policía metropolitana de Cúcuta.

Al intensificarse los problemas de inseguridad las autoridades colombianas han instalado un puesto de mando en el municipio de Villa del Rosario que hoy tiene 300 hombres de diversas especialidades, quienes tratan de hacerle frente a un fenómeno que va en aumento y que mantiene encendidas las alarmas por todo lo que trae consigo en la vida y el bienestar de los cucuteños.

Además de neutralizar el contrabando, principal ingrediente para el fomento de la violencia y la ilegalidad, y que ha permitido a la policía fiscal y aduanera el decomiso de 208 mil galones de combustible, 282.000 productos cárnicos y 35 toneladas de aguacate más 40 toneladas de otros productos agrícolas.

QUÉ SE ESTÁ HACIENDO

Frente a esta situación, las autoridades locales y departamentales han reclamado al Gobierno nacional mayor presencia institucional para hacerle frente a esta larga lista de situaciones que se han venido agudizando y que tienen hoy afectada la vida de los cucuteños, de su economía, su seguridad y su propio desarrollo social y comercial.

Las esperanzas están trazadas sobre los anuncios que hace el Estado a través del Ministerio de Industria y Comercio, como también la cartera de Trabajo, para crear desarrollo en las zonas afectadas por el conflicto, líneas de crédito de Bancoldex, fortalecimiento de programas empresariales en el área textil siendo esta una fortaleza en la ciudad, el fomento del turismo, activar el desarrollo agroindustrial, empezar a promover acciones tendientes a crear empleo de la mano con entidades solidarias, universitarias, y de la mano con el Sena para liderar ruedas de negocios donde se oferte al comercio y empresa local que ha venido al vaivén de la economía y que pueda resucitar los sectores que han venido perdiendo capacidad, que están en crisis, que han cerrado sus puertas o que amenazan con emigrar.

Finalmente la creación del centro binacional contra el crimen uno de los propósitos que se han fijado los dos gobiernos para hacerle frente a los problemas de inseguridad en la frontera que comparten los dos países pero que esta aplazado en su creación, por el distanciamiento que hoy tienen los dos países debido a la situación política interna de Venezuela.

Son muchas las tareas encaminadas a intentar sacar la ciudad de la crisis en que se encuentra pero esto solo dependerá de la voluntad política, el compromiso real y verdadero de quienes en Bogotá tiene los proyectos en sus manos para darles vida o por el contrario para que terminen a la deriva, como hoy esta Cúcuta y sus alrededores producto de toda esta situación.

MOVIMIENTO MIGRATORIO

A corte de 23 de Octubre por los pasos internacionales se han movido diariamente según los datos suministrados por Migración Colombia y la Policía Nacional 38.000 personas atraviesan el puente Internacional Simón Bolívar y retornan 20.000 personas. Mientras que por el puente Francisco de Paula Santander entran 15.800 personas y salen 6.322.Por el puente La Unión ingresan 3.100 y salen 3.086.

Se han entregado 66.961 permisos especiales de permanencia en el país, y de estos1.100 venezolanos se quedaron en Norte de Santander. Así mismo se han entregado 972.069 tarjetas migratorias fronterizas y 52.000 visas de trabajo.

En medio de este panorama esta frontera se ha convertido en el paso obligado de la mayoría de los venezolanos que buscan salir de su país hacia otras naciones en su orden, Ecuador, Perú, Chile, Panamá, México y Colombia.

El panorama para las autoridades es de alerta por las condiciones en que están llegando quienes se quedan en territorio nortesantandereano en precarias condiciones engrosando la larga cifra de desempleados, informales y sumando a los niveles de pobreza y a los problemas sociales que tiene la ciudad especialmente.

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