Aún antes de ser <strong>alcalde John Jairo Torres</strong>, <strong>JJ o John Calzones,</strong> tenía fama de acaudalado comerciante en <strong>Yopal.</strong>Cuando decidió ser candidato a la alcaldía, sus parrandas, peleas, su empresa de <strong>ropa interior</strong> y hasta sus accidentes de tránsito se convirtieron en <strong>noticia</strong> y como en <strong>política</strong> la memoria se refresca, sus contradictores le recordaron a la <strong>Fiscalía</strong> que tenía algunas cuentas por pagar con la justicia.Se reveló que un lote donde levantó el proyecto <strong>La Bendición</strong> era objeto de <strong>extinción de dominio</strong> y muchas casas ya estaban en construcción, lo investigaron por <strong>urbanización ilegal,</strong> delito que aceptó cometer.Aún con líos judiciales se posesionó, desde la cárcel, como <strong>alcalde de la capital del Casanare.</strong>Lo capturaron y cuatro días después un juez lo dejó en libertad.Un mes después <strong>John Calzones</strong> le pide al concejo de su municipio que le aumente el sueldo, asegura, a pesar de su reconocida fortuna, que gana muy poquito como alcalde.La <strong>Fiscalía</strong> no se quedó quieta y apeló la libertad, otro juez volvió a ordenar su captura, ahora por <strong>lavado de activos</strong> y <strong>enriquecimiento ilícito.</strong>Esta vez su estadía en la <strong>cárcel</strong> sería más larga, pero no difícil, gracias a la ayuda que recibió de la directora del <strong>Inpec</strong> en <strong>Yopal</strong> que le entregó algunos beneficios, ella terminó destituida.Fue necesario trasladarlo a <strong>Bogotá</strong> para evitar que su poder terminara por corromper a más funcionarios, pero ocurrió lo mismo.Ahora sus colaboradores eran <strong>agentes del CTI</strong> que le permitieron convertir las celdas de <strong>Paloquemao</strong> en un<strong> burdel.</strong>“Porque se tiene evidencia muy delicada de que ofreció <strong>dinero</strong> a algunos funcionarios para permitir los beneficios y bondades en este centro penitenciario”, dijo <strong>Julián Quintana,</strong> director del <strong>CTI</strong> en ese momento, al abrir una investigación y apartar del cargo a los funcionarios encargados de la custodia de <strong>John Jairo Torres.</strong>Aún desde la <strong>cárcel</strong> esbozada insultos e improperios a sus contradictores, a la encargada de la <strong>alcaldía</strong> la llamó bruja e invitó a los funcionarios a la desobediencia.“Nadie le puede recibir nada a esa <strong>bruja</strong> porque esa bruja tiene que salir de allí, ninguno tiene que humillársele a esa bruja… que tal, que se ha creído esa bruja”, dijo en audios que envió a sus seguidores en la alcaldía.Lo trasladaron a <strong>la Picota,</strong> donde se encuentra actualmente y donde celebraría su segunda libertad, de no ser por la <strong>Fiscalía</strong> que apeló la decisión de un juez.Ese juez, condenado por dejar en libertad a un <strong>ex alcalde</strong> implicado con paramilitares, reconoció que tenía la clara intención de dejar el <strong>libertad a su nuevo beneficiario.</strong>“En el orden que llegue el proceso al <strong>Tribunal Superior de Yopal,</strong> ellos lo van a estudiar... (pregunta) usted ordenó la libertad pero la Fiscalía apela… (Respuesta) exactamente, usted lo ha dicho”.La <strong>Fiscalía</strong> rechazó los argumentos del juez y aseguró que presentarán todos los soportes probatorios para demostrar que la <strong>fortuna de John Calzones</strong> no tiene justificación legal.