Es normal que luego del lanzamiento de un producto, y gracias a las diferentes estrategias comerciales, la necesidad infundada por un nuevo aparato para el set de tecnología que usamos a diario se haga “indispensable” El Apple Watch no es la excepción, y podría caer, si no es fanático de la compañía de la manzana, en una decepción prematura por un producto que aún no se ha terminado de desarrollar, o por lo menos, así lo sentí. Las cifras no han mentido; Aunque es uno de los <em>wearable</em> con más ventas en el planeta, sus cifras no se mantienen y cae aceleradamente a números que comienzan a quedarse en el promedio de los competidores Aunque no todo es malo, la caja en la que viene el producto, el cargador y su diseño son sellos distintivos que Apple ha sabido impregnar a este reloj que funciona bien en conexión con un iPhone, pero que aún tiene aspectos por mejorar. En septiembre podría lanzarse una nueva versión del Watch OS que permitiría tener aplicativos nativos en el dispositivo, es decir, que no dependan del celular, y esto haría que comience a tomar relevancia por sí solo, no como un centro de notificaciones remoto del telefono, sino como un verdadero dispositivo de tecnología