Cultura

Porrock, del Caribe para el mundo

Los sonidos del Caribe empiezan en las olas y terminan en los instrumentos y las voces de artistas como Martín Madera.

Un sol amarillo empieza a calentar los tejados y los árboles se mecen en la danza abierta de la brisa en El Caribe. Entre las ramas de las palmeras, laureles, cañandongas, robles y mata ratones, cruza el viento tonal, indeterminado, dejando estelas rosadas y hojas secas que se tienden por el suelo húmedo de la mañana

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Arriba, en lo más alto, se deja el trino encantador del pájaro que aún adorna lo cotidiano. La calle comienza a ocuparse de oficios y azares. Se escucha: "coooco d’agua, cooco d’agua...”, así como las llantas de la carreta y un artefacto que pega de forma rítmica constante a un costado del cajón. Casi de inmediato, como si fuera una sinfonía espontánea de recursos, resuena la fonética prodigiosa de nuestra africanidad rompiendo los aires y el murmullo del día:  “alegríaaa con coco y aní (...) angelitooo, caballito,enyucado, bollo'e mazorcaaa”

También se oyen los voceadores de periódicos, vendedores de mango biche y chatarreros en carro'emula: "le compro, le compro, le compro”. No fallan los choferes zapato blanco, el portero, el rebuscador, y ese saludo original de la displicencia y el desparpajo de nuestra gente: "ajá cuadro, y qué loco, cómo va la vaina, mi llave, huyy mono”

Así empieza a sonar el día del Caribe, se armoniza la sinfonía de carácteres de nuestra gente, la calle hierve de música inconsciente, espontánea, el día transcurre entre el sudor del sol y el ritmo vaporoso de los sentidos bajo la cresta y el rumor de las olas de los ríos y el mar que nos canta con su bramido

Es música Caribe desde el latido del corazón. Tiene ritmo el mero caminar de nuestra raza

Es el sol, el mar, la brisa, los árboles, la hierba, la tierra de arena y arcilla, de ciénaga y ríos los pájaros del monte, la exaltación de un espíritu alegre lo que nos hace bullir la sonoridad

Es ser chimila, arhwuaco, kogui, wuayù, zenùes, africanos y mestizos lo que nos hace universales

Nuestra música, es genética y espontáneamente universal

 "A aayyyy, al son de los tambores…”, dice el famoso guapirreo de Wilson Choperena, la Pollera Colorá, la primera canción que le dio la vuelta al planeta con el sello castizo de nuestra gaita

La cumbia surcó las olas del río Magdalena y se fue mar a dentro hasta los confines imaginarios de su autor. África de tambores y armonía buscando su suelo

“Me contaron los abuelos que hace tiempo...”, comienza La Piragua, el poema sinfónico del rio Magdalena, escrito desde El Banco

Esa música es el nacimiento de la creatividad de la costa. Hay quienes le dicen “la madre de los ritmos colombianos”

Esa inyección de tambores y melodías de ocarina se quedó en la genética natural del Caribe

Dicen algunos que de ahí, de esa amalgama de células sonoras y por territorios y variedad de cultivos y oficios, se fue creando cada expresión con características especiales. Por eso surge en La Guajira y el Cesar la música de acordeón que vino a llamarse Vallenato, el Cumbión, el Paseaito, el Chandé, el Berroche, la Chalupa, la Puya, y otros ritmos que se quedaron ahí en cada pueblo donde son únicos y especiales

Según se cuenta, en las sabanas de Sucre y Cordoba y a orillas del río Sinú se vino una influencia francesa que acabó por meter los cobres y hacer crecer una expresión criolla tipo Big Band con rítmica realmente caballeresca que tiene tanto que ver con expresiones de caballerías y actitudes fiesteras. Nació el Porro

El costeño es inflexivo y onomatopéyico: "oh, aja, bueeno, push, ugg  caraaajooo, huy, aaa ñoñiiii". Apoya las oraciones, corrobora lo que quiere decir con gesticulaciones increíbles, es música en el lenguaje, y esos acentos los pone en sus letras en sus melodías e instrumentaciones

El porro es la big band de Colombia, es la banda de madera y cobres con más elaboración en su armonía y contrapunto, por eso no hay orquesta del continente que no haya interpretado un porro. (La Sonora Matancera, El Gran Combo, Billos Caracas Boys, los melódicos, etc) y nuestro Lucho Bermudez, Rufo Garrido, Pacho Galán, Antolín Lenes, Pello Torres, etc)

La influencia extranjera en nuestra cosa rupestre hace girar las expresiones musicales hacia otra dirección rítmica y melódica, la llegada del derbaker  árabe a nuestra costa guajira originó células rítmicas que ahora son motivo de discusión, pero para quien estudie la rítmica todo está claro

El acordeón de botones de fabricación alemana reemplazó al acordeón de teclas de  los dominicos y luego vino a hacer crecer la expresión que hoy conocemos como vallenato

Hay influencia de muchas direcciones: alemanes, árabes, italianos, africanos, ingleses, españoles, etc se amalgaman en una sola manifestación que hoy es  el hombre del Caribe colombiano

El hombre del Caribe es único, es la sincronización de espacios y tiempos distribuidos en un código genético espectacular, clásico, conservador, diracharachero e irreverente, espontaneo como el aire, suave como agua, sonriente como el sol de la mañana, hacedor de música de un espíritu que cabalga con los ángeles

Por eso, en los tiempos de la globalización, de las alianzas comerciales en el mundo tomó fuerza la fusión musical, unir características de dos o tres géneros para conseguir un resultado sonoro moderno con nuestra música ancestral

Así apareció la nueva sonoridad del vallenato y de otros ritmos que no contaron con la misma suerte, el señor Carlos Vives junto con un grupo de músicos ávidos de cosas nuevas se inventaron sin querer  el vallenato tropical-pop, uniendo las bases ya conocidas el apoyo de la batería y guitarras eléctricas con acordes poperos, llevando nuestra cosa al mundo por medio de la amalgama

Eso ocurrió con el vallenato que fue la base escogida para el ensayo pero ahora estamos logrando hacerlo con él la música del porro y a este sonido lo llamamos, con Martín Madera a la cabeza, el Porrock Universal

El porro, según su territorio, tiene varias manifestaciones: el Porro Palitiao, Porro Tapao, Fandango y Puya en la zona del río Sinú, Porro Canta´o, en las Sabanas de Sucre y Bolívar, Porro Orquestado , que fue la primera manifestación de esta música a la búsqueda de sonar como todas las orquestas Big Band del Caribe. También hay porros con acordeón como expresión de música de la sabana

El Porrock Universal es alegre, vivo y picaresco. Tiene la osadía de permitirse igualar sonidos de varias latitudes y fusionarlos para tener así presente, dentro de un porro nuestro, al Blue, al Country y drives de guitarras roqueras que se meten mágicamente en la algarabía de un fandango, logrado con buena letra (fandango cantado), como pocos. Cadencias bluseras como en la Puya Sabrosa y los distorsiones que le dan fuerza y profundidad a los porros Palitiaos que es primera vez que se cantan

Es agregarle buena letra y melodías modernas dentro de los acentos normales de la rítmica para no desvirtuar la raíz, las células rítmicas que son nuestras

El Caribe es magia y fantasía. Es invención cotidiana y nuestra música es fluidez de posibilidades que están latentes en la cultura de la modernidad

Es darle posibilidades a la evolución natural del entorno

Todos somos porro universal. Bienvenidos al sonido inmenso del Caribe.

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