Misterios y creencias

Capturado alias 'Jerónimo', supuesto sucesor de 'don Berna'. Iba con un suboficial, también detenido

La Policía capturó a Carlos Hernández, un paramilitar desmovilizado que luego retomó las armas y volvió a la clandestinidad. También fue detenido un suboficial del Ejército.

La Policía capturó Carlos Arturo Hernández, alias "Jerónimo", un paramilitar desmovilizado que luego retomó las armas y volvió a la clandestinidad. En la operación, realizada en el sector de Laureles, fueron aprehendidas otras dos personas, entre ellas un suboficial del Ejército. Caracol Radio confirmó que la detención de Hernández se produjo anoche, después de las 7:00 PM, frente a la Consolata, donde unidades policiales interceptaron el vehículo en el que se movilizaban las tres personas. Se indicó que "Jerónimo" figura como el tercero al mando de la llamada "oficina de Envigado", una organización de sicarios al servicio de las bandas del narcotráfico, creada en los años 80 cuando operaba el cartel de Medellín. Se indicó que luego de retomar las armas, asumió el manejo de las organizaciones de narcotráfico que lideraba el desmovilizado paramilitar Diego Fernando Murillo, alias "don Berna", posteriormente extraditado hacia Estados Unidos. Las capturas fueron confirmadas por fuentes policiales, que sin embargo no entregaron las identidades de los otros detenidos. Cómo fue la captura No menos de 20 policías, encabezados por personal de la Dijín, participaron en la captura de alias "Jerónimo", el supuesto jefe de la denominada Oficina de Envigado, cuando se movilizaba en un vehículo particular, por el barrio Laureles, en el occidente de Medellin. El operativo de tintes cinematográficos, ocurrió sobre la avenida Nutibara, enfrente de la Iglesia La Consolata. Hombres de civil, pero con chalecos distintivos de la Dijín de la Policía Nacional, en dos camionetas particulares, con apoyo de miembros del Comando de Reacción Motorizada de la Policía Metropolitana, Coram, interceptaron un campero Toyota Prado de color blanco donde viajaban dos hombres vestidos de civil y otro que llevaba un uniforme militar pixelado. Con fusiles los agentes secretos intimidaron al conductor y lo obligaron a detener la marcha, para bajarlo junto con sus dos acompañantes que también fueron obligados a tenderse boca abajo en plena calle. Menos de cinco minutos duró el procedimiento. Los miembros del Coram, despejaron a los curiosos, mientras que los investigadores de la Dijín, procedieron a requisar a los tres hombres. Tras constatar que ninguno estaba armado, procedieron a esposarlos y subirlos a las camionetas, que escoltadas por los motorizados, tomaron con rumbo al norte la ciudad.

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