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Oposición presiona a salida de Chávez con un paro

Un "paro cívico" de 12 horas en protesta contra el presidente Hugo Chávez paralizó parcialmente al comercio y las empresas venezolanas el lunes, pero sin efectos en la vital industria petrolera.

CARACAS.--- Un "paro cívico" de 12 horas en protesta contra el presidente Hugo Chávez paralizó parcialmente al comercio y las empresas venezolanas el lunes, pero sin efectos en la vital industria petrolera.
El mayor impacto se observó en la capital, Caracas, donde las usualmente congestionadas calles estuvieron con poca afluencia de vehículos y muchos comercios, empresas, grandes cadenas de supermercados y escuelas privadas no abrieron. Pero el transporte público funcionaba normalmente.
A media jornada de la huelga, que comenzó a las 6.00 hora local (1000 GMT), los convocantes aseguraban que era exitosa.
Pero el gobierno, desde la tribuna contraria, afirmaba que no ha sido acatada por la mayoría de la nación de 23 millones de habitantes, radicalmente polarizada en torno al mandatario, quien sobrevivió en abril a un golpe de Estado.
El paro, calificado por el oficialismo como "golpista y fascista", fue convocado por la opositora Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) -la mayor central sindical del país-- y respaldada por la organización patronal Fedecámaras y los partidos políticos de la oposición, en una medida que busca presionar la salida de Chávez del cargo que ocupa desde 1999.
"Más del 80 por ciento del país está paralizado (...) El paro cívico nacional no es de los trabajadores, no es de los empresarios, es del pueblo de Venezuela", dijo a periodistas Carlos Fernández, presidente de Fedecámaras.
La ministra del Trabajo, María Cristina Iglesias, afirmó en un mensaje al país que "el paro fracasó, fracasó porque la mayoría de la población venezolana, los trabajadores y los empresarios están viendo a la Venezuela en positivo".
DIVIDIDOS FRENTE AL PARO
Este es el tercer paro que enfrenta en menos de un año el gobierno "revolucionario" del teniente coronel retirado, a quien sus adversarios culpan de la aguda recesión económica que atraviesa el quinto exportador mundial de petróleo, así como de la alta inflación y el desempleo.
Los principales diarios del país, contra quienes suele arremeter el gobierno acusándolos de mentir y publicar "basura", no circularon. La deprimida Bolsa de Caracas no operó y el mercado cambiario mostró escasa demanda de dólares.
Las operaciones de la vital actividad petrolera no estuvieron afectadas, según dijeron altos funcionarios, a pesar de que algunos sindicatos del sector se sumaron a la protesta.
La CTV y Fedecámaras no descartaron prorrogar la huelga, argumentando que si ocurrieran "imponderables" como saqueos y violencia callejera, analizarán la situación cuando finalice el paro a las 18.00 local (2200 GMT).
En el este de Caracas, donde vive mayoritariamente gente de clase media y alta, eran más visibles los efectos de la paralización. En tanto, en las barriadas populares, donde Chávez mantiene aún un fuerte respaldo, había más actividad.
"No abrimos porque estamos apoyando la salida de Chávez", dijo Ana María Da Silva, encargada de un restaurante en una exclusiva zona del este de Caracas.
Pero no todos opinaban lo mismo en torno al presidente, a quienes sus adversarios acusan de haber promovido una lucha de clases en el país sudamericano donde la mayoría de sus habitantes vive bajo algún tipo de pobreza.
"¡El paro fracasó, el paró fracasó!, cantaba un pequeño grupo de personas en la populosa barriada de Petare, en el extremo oeste de Caracas, donde sólo pocos comercios cerraron y las calles estaban atestadas de vendedores informales.
Con la bandera tricolor del país pintada en sus rostros, parafraseaban "No al paro golpista. Es un vil juego sucio de la CTV y Fedecámaras" y lanzaban pequeños volantes que decían: "Paro, golpismo y terrorismo es lo mismo".
MIEDO FRENTE AL PARO
Algunos comerciantes abrieron por temor. El dueño de una ferretería en Petare, que se identificó como Rafael, confesó estar nervioso por lo que pudiera suceder si no abría. Al lado de su tienda, las cortinas metálicas de dos comercios estaban rayadas con el mensaje: "negocio cerrado, negocio saqueado", presuntamente escrito por simpatizantes de Chávez.
Efectivos militares patrullaban las calles como prevención. Muchos comerciantes aún tienen fresco el recuerdo de abril, cuando sufrieron saqueos e incendios en sus tiendas.
Pero, también la oposición fue salpicada de denuncias de no dejar abrir los comercios.
Roy González, encargado de una farmacia en un paseo comercial llamado Sabana Grande, tuvo que romper los candados de sus puertas, sellados con pegamento. "La oposición hace esto para decir que nadie abre sus negocios", dijo a Reuters.
Según la CTV y Fedecámaras el paro es un paso más para presionar a que Chávez salga del poder, ya sea por un referendo consultivo, por elecciones anticipadas --que debe esperar hasta fines del 2006-- o un referendo revocatorio que no podrá hacerse antes de agosto del 2003.
Chávez ha dicho que sólo aceptara la última opción, mientras denuncia constatentemente planes conspirativos para tumbarlo y hasta intentos de magnicidio.

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