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Reptil con plumas cuestiona descendencia de dinosaurios

El hallazgo del fósil de un reptil de 220 millones de años que tenía plumas, el más antiguo encontrado hasta ahora, pone en entredicho la aceptada teoría de que las aves proceden de los dinosaurios, pues estos últimos no son tan antiguos.

WASHINGTON - El hallazgo del fósil de un reptil de 220 millones de años que tenía plumas, el más antiguo encontrado hasta ahora, pone en entredicho la aceptada teoría de que las aves proceden de los dinosaurios, pues estos últimos no son tan antiguos.
Paleontólogos de la Universidad del Estado de Oregón (OSU) han descubierto que el fósil de un pequeño reptil, Longisquama insignis, al que unos científicos rusos habían atribuido un relieve escamoso, presenta en realidad una serie de "cañones" o fundas en las que se embutían plumas.
El hallazgo, del que han dado cuenta en la revista Science investigadores de la Universidad de Oregon, supone un hito importante en la paleontología, porque este animal es 75 millones de años más viejo que la más antigua de las aves conocidas, Archaeopteryx, y anterior incluso a los dinosaurios.
Este fósil "prueba que las plumas no evolucionaron a partir de los dinosaurios", ha explicado John Ruben, profesor de zoología de la citada Universidad, y uno de los investigadores.
"La supuesta vinculación entre dinosaurios y aves es muy utilizada en paleontología, pero no es tan sólida como se ha hecho creer a la opinión pública", afirma Ruben.
Longisquama insignis era una criatura con forma de lagarto que vivió hace 220 millones de años en las llanuras de la provincia de Osh, en Kirguistán, en lo que hoy es el fondo de un inmenso lago seco.
Pese a haber sido estudiado durante tres décadas, las oquedades descubiertas a lo largo de sus extremidades siempre se habían atribuido a formaciones escamosas. "Los científicos pensaban -ha precisado Ruben- que, dada la edad del fósil, no podían ser plumas".
Según los investigadores, este reptil, que no podía volar, es un antepasado de las aves, sin que la relación este aún clara, pero de lo que no hay duda es de que no es un dinosaurio.
Numerosos paleontólogos opinan que dinosaurios y aves tienen un nexo común directo y, el pasado año, quedaron entusiasmados con el anuncio formulado desde la National Geographic Society de que se había hallado el posible "eslabón perdido" entre ambos grupos.
Le denominaron "Archaeoraptor", que designa a un dinosaurio con plumas, y fue presentado como una criatura híbrida, con alas emplumadas y la poderosa cola de un dinosaurio. Pero la solidez del descubrimiento se desvaneció en pocos meses.
En diciembre, arqueólogos chinos indicaron que el "eslabón perdido" era falso y la National Geographic reconoció el error y explicó que, en realidad, se trata de dos fósiles superpuestos.
Ahora, la teoría ha recibido un nuevo varapalo porque la comparación de los "cálamos" o cañones de pluma encontrados en Longisquama y en las aves actuales son muy similares, y existían antes del desarrollo de los dinosaurios que surgieron también a partir de reptiles más antiguos y pequeños.
Este reptil, de apenas 25 centímetros, existió en el Triásico, una de las fases más tempranas en la evolución de las formas animales, los anfibios, que abandonaron el agua para colonizar la tierra.
"Sus dientes, la estructura del pecho, el cuello y el cráneo son similares a los de los pájaros", ha dicho Terry Jones, de la Universidad de Oregón, quien ha participado también en las investigaciones.
Su "precisa clasificación dentro del grupo de los archeosaurios y su relación evolutiva con los pájaros es todavía incierta", pero han encontrado tres características que apoyan la tesis de que mantienen una relación.
La existencia de cañones de plumas, "tubulares" y con un vano interior rodeado de paredes firmes, las subsecciones de esas vainas para las plumas, que demuestran las pautas complejas de desarrollo de esos apéndices y el modelo de crecimiento de los apéndices, igual al de las plumas actuales. Todo ello, opinan, apoya su tesis.
"Un asunto que la mayoría de la gente ignora es que los dinosaurios más parecidos a aves, el Bambiraptor y el Velociraptor, vivieron 70 millones de años después de la aparición del primer ave conocido, el Archaeopteryx", ha declarado John Ruben.
Por lo tanto, opina el zoólogo, "había pájaros volando mucho antes de la evolución de los primeros dinosaurios".
"Ahora tenemos serias dudas de que existiera algún tipo de dinosaurio con plumas y a los que se ha llamado dinosaurios alados eran en realidad aves que no volaban", concluyó el experto.