¿Qué va a pasar con Justo & Bueno?
Esta es la situación actual de las tiendas Justo & Bueno (J&B), operadas por la compañía Mercaderías SA.
¿Qué va a pasar con Justo & Bueno?
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Justo y bueno
Esta es la situación actual de las tiendas Justo & Bueno (J&B), operadas por la compañía Mercaderías SAS: el año pasado Mercaderías SAS entró en insolvencia debido, fundamentalmente, al duro golpe de la pandemia, al que se sumó una oleada de vandalismo muy fuerte, y de saqueo, que fueron minando a la compañía.
Viéndose en esa situación, solicitaron acogerse a la ley 560, de ayudas gubernamentales para empresas afectadas por pandemia. Ese proceso no se cristalizó debidamente y se terminó acudiendo a la Ley 1116 de insolvencia, que fue aceptada por la Superintendencia de Sociedades en enero de este año. Es decir, quedaron formalmente intervenidos por Supersociedades.
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Ese estadio comercial indica el compromiso de tener todos los gastos administrativos al día, y en ese sentido hay una calificación de acreencias en varios renglones: temas laborales y fiscales, garantías hipotecarias y no hipotecarias, deudas a proveedores y facturación. En ese punto, la deuda ascendía a 1 billón 172 mil millones de pesos, es decir, al ingresar al proceso de reorganización.
La responsabilidad de Mercaderías SAS no es otra diferente a llegar a un acuerdo con los acreedores, ofreciendo alternativas de pago. Y ese acuerdo, para que prospere, necesita que se haga al menos con el 51% de los acreedores. Acuerdo al que aún no se ha llegado formalmente.
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Y en esto media una dificultad enorme: no se ha logrado mantener al día el pago de nómina, de servicios y de arrendamiento de los locales. Son cerca, en este último renglón, de 1.130 arrendatarios. Hoy en día la mitad de esas tiendas se cerraron por falta de pago y porque algunos dueños de locales se los tomaron, sin vencerse los contratos, precisamente por ese incumplimiento.
Hay un grupo de proveedores que aceptó jugársela con J&B y mantienen alrededor del 20% de inventarios, y es con esos productos que hoy opera la mitad de las tiendas que atienden a la gente. Ese producido va a una fiducia de Colpatria que se encarga de pagarles a los proveedores.
Pero de ahí no sale dinero para las nóminas, que es un asunto del renglón administrativo y por eso siguen afectados los empleados, con la consecuente molestia que han expresado públicamente. Ese déficit de caja para nómina se calculó primero en 33 mil millones de pesos, pasó a 97 mil y ahora va en alrededor de 135 mil millones.
Tal incumplimiento hace que Mercaderías esté, en la práctica, en insolvencia e incumplimiento con los requisitos que exige la Supersociedades.
Se habla de al menos dos escenarios:
Uno, el del famoso fondo chino que entraría a participar con capital. Se llama JF Capital, con oficinas en Hong Kong. Ese fondo, primero, no es chino, es una operación en la que influye un colombiano que vive en China, John Gómez, y canaliza grandes capitales, específicamente dos fondos asiáticos y uno europeo. Si se llega a un acuerdo deberían cubrir 135 mil millones de pesos de activos ya vencidos, como exige la Supersociedades. Y no solo eso, sino dar unas garantías a futuro que se calculan en 220 millones de dólares. Eso debería aterrizarse a través de otra fiducia, por intermedio del Banco de Occidente, cuya operación no ha comenzado.
Lo clave es que hay un documento en el que, como parte de los acuerdos que transferirían la propiedad accionaria a JF Capital, se comprometerían a cancelar las acreencias con empleados y arrendadores “que se hayan causado desde la admisión de la reorganización hasta el día 30 de abril de 2022”.
Ayer Bloomberg publicó una entrevista con Jhony Zhang, director y vicepresidente de la junta directiva de JF Capital, en la que él dice lo siguiente: "el 29 de marzo firmamos el compromiso de inversión en J&B. Al invertir en una compañía en proceso de insolvencia en cualquier parte del mundo, normalmente nos toma entre 90 y 120 días culminar la colocación de los recursos, según las políticas de cada país. Esperamos contar con la ayuda del gobierno de Colombia y las entidades bancarias nacionales para que este proceso no demore el tiempo acostumbrado y de una manera extraordinaria podamos colocar el dinero de nuestros fondos antes del 10 de mayo".
El ejecutivo aclaró que la prioridad son los proveedores, que se mantendrán los precios, el nombre de la empresa y el concepto del negocio. J&B recibiría 628 millones de dólares y, además de salir de la crisis, buscaría su expansión a México, Ecuador y Argentina.
Sobre esto, vale la pena aclarar que nada es oficial o tiene visto bueno de Supersociedades, y que no parece adecuado pedir al gobierno agilizar situaciones que no están en su órbita, que dependen de tiempos y requisitos que determina la ley. Así que el llamado del fondo al gobierno y a los bancos parece inadecuado: hay que cumplir con la ley y ese proceso tardaría largas semanas que probablemente J&B no resista por la precaria situación en que se encuentra. Si el fondo quiere traer capital, el único camino es respetar lo dicho por la ley colombiana. No hay atajos.
El otro escenario, si no se lograra la entrada expedita de JF Capital, es la liquidación de Mercaderías SAS, lo cual dejaría en mala situación a 6.600 empleados, miles de arrendatarios (dueños de los locales a los que no se les ha pagado arriendo) y a 4.600 acreedores.
Hubo una audiencia la semana pasada en la que se tocaron todos estos temas y se oyeron las quejas. Hoy lunes 2 de abril habrá una decisión de Santiago Londoño, el delegado de insolvencia de la Supersociedades y ahí se sabrá a ciencia cierta qué pasará con J&B.