<strong>6AM</strong> consultó a líderes ambientales, sociales y comunitarios de la zona más afectada por la tala de bosques protegidos en el<strong> país</strong>. Les presentamos 7 “remedios” sugeridos por quienes viven de cerca las consecuencias de esta catástrofe ecológica.<strong>Algunos ya están en marcha, pero requieren mayor apoyo estatal. </strong><strong>Lea también: <a title="La “metástasis” de la deforestación en el Meta" href="https://caracol.com.co/programa/2022/03/24/6am_hoy_por_hoy/1648139702_362223.html">La “metástasis” de la deforestación en el Meta</a></strong>Hoy existen en la región proyectos piloto de ganadería sostenible que, si tienen éxito, podrían ayudar a reducir el impacto ambiental de esta actividad, mejorar su productividad y reducir las áreas ocupadas por el ganado. Una de esas iniciativas es Biocarbono, proyecto en el que participan entidades nacionales junto a organismos de cooperación de cuatro países. <strong>El zootecnista Javier Rodríguez</strong> nos explica aquí cómo convencen a los ganaderos para que se sumen:<strong>Jairo Cedano Santamaría</strong> es veedor ciudadano y ambiental. Lidera una reserva natural civil en la zona de la Serranía de la Lindosa en el <a title="Guaviare" href="https://caracol.com.co/tag/guaviare/a/">Guaviare</a>. Ha comprobado que algunas comunidades cambiaron la ganadería por actividades de conservación de la naturaleza. Se le nota preocupado por el fraccionamiento de ciertas áreas protegidas que tienen adentro grandes explotaciones ganaderas. Para él, hacen falta acciones efectivas porque hoy no ve estrategias exitosas ni coordinación entre las diferentes instituciones. <strong>Dice que a las comunidades se les puede pagar para proteger esos ecosistemas.</strong>“Nos tienen como a los carros, llevándonos cada rato al taller”. Del exceso de talleres y capacitaciones, pero de la escasez de recursos se queja William Espinosa. Él ha acompañado a comunidades en <strong>El Retorno y en San José</strong> del Guaviare. Les ha explicado que si no se cuida el agua y el bosque no habrá fincas ni ganado en el futuro. Para él la reacción gubernamental es lenta, tardía y desconoce la historia de colonización de esta región donde, asegura, por muchos años el mismo Estado concedió créditos y títulos a quien se apropiara de estas tierras. Hoy no hay funcionarios estatales que alcancen a controlar un territorio extenso y, con frecuencia, inaccesible.<strong>William</strong> trabaja en un proyecto para la protección de los jaguares por considerarlos clave en la salud de los ecosistemas. También lidera capacitaciones ambientales para niños y jóvenes porque está seguro de que, sólo así, habrá mayor conciencia ecológica.Pareciera obvio, podría sonar repetitivo y seguro es más fácil de decir que de hacer. Con palabras sencillas<strong> Nelson Zuleta, el gobernador embera</strong> de La Macarena en el Meta resume su propuesta de solución a la deforestación: que el Estado cumpla lo que promete para que los colonos dejen los cultivos ilícitos.<strong>Angélica Rojas</strong> es ingeniera. <strong>Coordina en el Meta y el Guaviare</strong> las operaciones de FCDS, una organización no gubernamental que trabaja con las comunidades y apoya a instituciones en proyectos de conservación ambiental. Ha visto en el terreno los efectos de la deforestación en las aguas y los suelos y que usan los habitantes. Explica -con la paciencia de una profesora- que la fauna y la flora de esta región estratégica necesitan moverse, de ello depende su salud y supervivencia. Si la deforestación corta esa movilidad, los animales y las plantas se aíslan, se debilitan y, con frecuencia, mueren. Considera que los campesinos y colonos pueden desarrollar actividades compatibles con las áreas protegidas, pero, al mismo tiempo, el Estado debe investigar y sancionar efectivamente a quienes cometen delitos ambientales.Giovanni Gómez Criales ha sido líder político, comunitario y ambiental en el Guaviare. Trabaja con víctimas del conflicto y hace pedagogía sobre la protección de los recursos. Dice sin dudarlo que a la institucionalidad le ha quedado grande la destrucción ecológica en esta zona y considera que lo ocurrido con la deforestación es un verdadero <strong>“ecocidio”</strong>. Está cansado de los diagnósticos de quienes desde un escritorio cuentan el creciente número de hectáreas destruidas, pero no ofrecen alternativas. En su opinión, no hay acciones concretas que frenen el comercio de estas tierras y por eso cree que hay que involucrar a las notarías para que no legitimen esos negocios.Hay un proyecto liderado por el PNUD que se llama Amazonía Sostenible para la Paz. En él participan las mismas comunidades. Están en las Sabanas del Yarí en el Meta donde unas 2000 mil hectáreas ya están bajo acuerdos de protección con las familias campesinas que se comprometen a proteger, enriquecer y aislar los bosques existentes y cuidar el agua. Este proyecto también incluye una red en la región amazónica con 11 viveros para la conservación manejados por las mismas comunidades que pueden producir más de un millón de árboles por año. Son gestionados por 12 organizaciones comunitarias, firmantes de paz, mujeres y campesinos. El vivero del Alto Morrocoy en las Sabanas del Yarí lo maneja una organización de mujeres llamada AAMPY y puede producir más de 130 mil plántulas al año. De este tipo de iniciativas nos habló Raúl Ávila, de la Corporación de Trabajadores Campesinos Agropecuarios y Ambientales de los Llanos del Yarí (CORPOAYARÍ)Hay un proyecto ejecutado por el PNUD (Plan de Naciones Unidas para el Desarrollo) y financiado por GEF (Fondo Mundial para el Medio Ambiente). Se llama Amazonía Sostenible para la Paz. En él participan las mismas comunidades...